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domingo, 14 de enero de 2018

Hola contaminación, adiós ejercicio

Por ElizabethF.

Si existiera una lista de lo más perjudicial, no hay dudas de que uno de los elementos que la encabezara sería la contaminación atmosférica. Es esta consecuencia de la actividad y explotación indiscriminada del hombre de los recursos naturales, y hija indeseable de la sociedad globalizada de consumo, una de las amenazas fundamentales para la humanidad en más de un aspecto. Y lo preocupante es que cada día que pasa acumula más perjuicios a su historial.

Una de las últimas revelaciones en ese sentido la realizó un equipo internacional de científicos, los cuales luego de examinar el efecto de la contaminación existente en vías urbanas, con un tráfico intenso, sobre el beneficio que arrojaba el ejercicio de caminar en personas mayores que padecían de enfermedad cardíaca isquémica, pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y voluntarios sanos, encontraron resultados bastante preocupantes.

Las conclusiones de la investigación y la evidencia encontrada por la misma, revelaron que el hecho de caminar en un entorno poco contaminado, como por ejemplo un parque, mejora considerablemente algunos parámetros respiratorios vinculados con la capacidad pulmonar, al tiempo que disminuye la velocidad de la onda del pulso (PWV), un efecto que aún es constatable hasta 26 horas después del ejercicio. Sin embargo, estas respuestas se vieron atenuadas en aquellos individuos que aunque realizaron el mismo ejercicio, lo hicieron en cambio en un área urbana con tráfico elevado.

Pero para corrobarar la hipótesis inicial, los investigadores decidieron además medir los niveles existentes de diferentes tipos de partículas en el aire de ambas áreas. En consecuencia, hallaron que el empeoramiento del PWV se asocia a un mayor contenido en la atmósfera, por una parte, de un subtipo de material particulado, y también de elementos emitidos por los motores diésel.

Asimismo, al analizar el subgrupo de pacientes que presentaban enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), los autores encontraron que el empeoramiento de esta condición guardaba relación con todos los tipos de partículas medidos en la investigación, lo cual sugiere que en el caso de las enfermedades arteriales, los componentes del diésel juegan un papel fundamental.

No es ilógico entonces que los investigadores recomienden a nuestros adultos mayores que salgan a caminar y practicar ejercicios en zonas verdes, y expuestas al menor tráfico posible, un consejo que bien podríamos seguir todos sin diferencia de edad. Es bueno que el sedentarismo no “contamine” nuestra vida, y que le demos a esta el aire más limpio posible.