Las mujeres que le faltan a la India
La sociedad india es quizás la más patriarcal que existe en el mundo. La preferencia de esta población por la figura masculina se hace palpable desde el mismo momento en que las mujeres salen embarazadas, y muchas de las cuales deciden abortar simplemente porque traen niña y no niño. El enorme desequilibrio demográfico del país prácticamente lo desborda, al faltarle una cifra de aproximadamente 63 millones de féminas en su ciudadanía.
El embarazo selectivo es una de las principales causas de este fenómeno, detrás del cual existen otras respuestas que ayudan a comprender por qué existe en el mundo un panorama demográfico con estas curiosas características. Resulta que India la antigua predilección de las familias por los hijos varones se debe a que, en el caso de las hembras, si llegan a nacer, en l fase adulta llegan a constituir para las familias más pobres una gran carga económica, pues estas deben ofrecer una dote económica para la familia del novio y que así el matrimonio se produzca. Según estadísticas que aparecen en el último Estudio Económico anual, que por vez primera incorpora un apartado dedicado a la situación de la mujer, en India unas 21 millones de niñas no son deseadas por sus padres y demás parientes cercanos.
La obligación de que la recién casada abandone el hogar donde nació, implicando la pérdida de una entrada económica en caso de que trabaje; y las leyes de herencia de propiedades, son otros factores que hacen que la sociedad india prefiera más los hijos varones. Una grave consecuencia resultado de esta preferencia lo es el fenómeno llamado feticidio femenino, es decir, el aborto de niñas y por ende la desaparición de casi medio millón de fetos femeninos por año. A pesar de que la Ley de Técnicas y Diagnósticos Prenatales condena y penaliza las pruebas de sexo de los fetos a través de sonografías y otras técnicas, además del aborto selectivo, aun no resulta suficiente para enfrentar este gran problema demográfico que sufre India. La selección de sexo fue ilegalizada en 1994.
Muchas familias, incluso, no dejan de tener hijos hasta que les salga el varón deseado. Los activistas denuncian este fenómeno, que halla gran similitud con la situación de China, y denuncian también el poco cumplimiento de la ley de técnicas y diagnósticos prenatales y la ley contra la dote matrimonial. “El reto del género es antiguo”, advierte el económico Arivan Subramanian, por lo que se infiere hace faltan más que leyes para cambiar esta milenaria costumbre. El país asiático necesita realmente enfrentarse a la “preferencia social” por los niños.