Nigeria muere sin vacunas
Un mínimo de 800 mil niños nigerianos murieron en ese país africano porque no llegó a ellos la vacunación en los cinco años últimos. Así indicó y advirtió este jueves la Alianza Global para Vacunas e Inmunización (por sus siglas en inglés GAVI). Ello ocurre en un contexto de insalubridad y atención médica deficiente, heredada del colonialismo, que alarma a los organismos internacionales.
De acuerdo con una encuesta reciente, en la localidad de Suleja, estado central de Níger, Nigeria apenas cuenta con un 30 por ciento de cobertura en lo que a inmunización respecta. Lo afirmó en ese contexto Seth Berkley, el director ejecutivo de la GAVI.
Añadió Berkley que el escaso acceso -casi nulo- de los niños a la vacunación de rutina, provocó el brote de enfermedades tales como el sarampión, la viruela del mono, la fiebre amarilla y la meningitis. En ese sentido, expresó el dirigente que su organización trabaja con mucha fuerza a fin de fortalecer la inmunización de rutina en el país, para evitar que más menores sigan muriendo por enfermedades prevenibles.
Explicó además el directivo que el Gobierno y otras partes interesadas deben trabajar mano a mano para acelerar y fortalecer la inmunización, simplificando además el acceso a la vacunación. "Si suministramos vacunas y la gente no va a los centros de salud para recibirlas, la esencia de proporcionarlas será derrotada", argumentó.
GAVI es una asociación de salud global fundada en enero de 2000 y comprometida con el aumento del acceso a la inmunización a través del suministro de vacunas en todo el mundo. Lo más asombroso es que Nigeria no es precisamente uno de los países que, de acuerdo con sus recursos naturales, deberían descollar en las listas de muertos por causas humanitarias. Se trata de un súper país, con una población enorme y recursos que lo ubican, en cualquier ránquin, entre los primeros del mundo. Sus reservas de petróleo, cada día vertidas en el Delta del río Níger por negligencia y falta de acato de las normas civiles, son riquísimas y hacen de este uno de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo más potentes. Sin embargo, ello no ha podido traducirse en mejoras sanitarias y sociales para sus habitantes.
