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viernes, 9 de marzo de 2018

¿Nos tomamos la cervecita de hoy?

Por Aisha

Mildred Bowers tiene 102 años y, aunque no lo creamos, afirma que la única fórmula mágica que ha llevado toda su vida para llegar hasta aquí y en buen estado durante muchísimos años, es la de tomar cerveza. La divertida abuelita vive en Carolina del Sur, y cuenta que no tiene otro secreto para vivir tanto. Solo beber una cerveza al día y siempre a la misma hora como si de un medicamento se tratara. Aunque muchos la critiquen, dice, no piensa ni remotamente en dejar de hacerlo porque además de que le encanta, su médico se lo ha recomendado.

Pero, ¿qué le aporta a nuestra salud la bebida más consumida del mundo detrás del agua y del té, además del placer de degustar su carácter refrescante y delicioso sabor?

Ha sido el vino, por excelencia, la bebida que ha tenido sus dotes curativas o profilácticas ante algunas enfermedades, pero la cerveza también tiene sus virtudes.

Ya sea clara o negra contiene altos niveles de silicio, lo cual está vinculado a la salud de los huesos y proporciona al cuerpo, cuando se consume en justa medida, claro, una mayor densidad ósea.

También se ha probado que disminuye el riesgo de ataques cardíacos y muerte por enfermedad cardiovascular. Además, una o dos cervezas al día pueden ayudar a elevar los niveles de HDL, el llamado “colesterol bueno” que ayuda a prevenir que las arterias se atasquen.

Y para los riñones también es beneficiosa. Disminuye los riesgos de cálculos renales pues su alto contenido de agua ayuda a mantener esos órganos en constante trabajo, además de que el lúpulo que contiene evita la formación de piedras.

En padecimientos tan peligrosos como el cáncer, el Alzheimer y los accidentes cerebrovasculares, una cerveza al día puede mantenerlos alejados.

Nuestros niveles de vitamina B6 se mantendrán altos con una bebida al día, así como los de vitamina B12 y ácido fólico.

La cerveza mejora la respuesta de nuestro sistema inmune contra los agentes responsables del desarrollo de enfermedades infecciosas.

La historia de la cerveza es la descripción cronológica, desde su origen, de la evolución de una de las bebidas fermentadas más antiguas de la humanidad, refieren reportes especializados.

Se produce mediante la fermentación alcohólica de los cereales ayudada por la acción de diversas levaduras. Los ingredientes básicos que intervienen en la elaboración de esa bebida son: el agua, los cereales (generalmente malta de cebada o trigo), las levaduras y (recientemente en su historia) el lúpulo (Humulus lupulus L.). La combinación de la calidad, cantidad y especie de cada uno de estos ingredientes produce una gran variedad de tipos de cerveza.

A través de su evolución, dependiendo de la época que se trate, el país y de la cultura, se ha considerado una bebida bien de carácter social, con cualidades refrescantes, o con características nutritivas.