¿Por qué ellas pararon?
Ya que queremos transformar el mundo, que sea para obtener uno mejor, uno donde nadie se alarme si decimos «Estimadas», en vez de «Estimados» al encabezar un correo, donde a nadie le asombre que un niño use botas de lluvia color rosa, o que él friegue la loza muchísimo mejor que ella. Asimismo, que a nadie le obliguen a usar tacones para ir a trabajar, que no sea ni más ni menos femenino depilarse las axilas o pintarse los labios. Necesitamos un mundo donde no existan hombres que renuncien a cuidar a sus hijos, ni mujeres porque sientan que hacerlo es solo responsabilidad de sus esposas.
Al igual, anhelamos una realidad donde no haya que marcar el género en el curriculum vitae, y donde nadie se asombre si siendo una chica bebes whisky, viajas sola o te masturbas.
En resumen ansiamos un mundo en el cual las mujeres dejen de encabezar las listas de consumo de antidepresivos, en el que dejen de aparentar orgasmos, donde se acaben los chistes machistas, y sin gracia, de suegras, brujas y esposas todos repletos de clichés en blanco y negro, un mundo en que cause risa, muchísima, asegurar que las mujeres conducen peor, o que su cerebro no está hecho para las ciencias.
En fin un mundo donde las paredes de los museos se avergüencen de estar pobladas en su mayoría por obras de hombres, en el que afloren las pianistas de jazz, las astrofísicas, las exploradoras de continentes… y toda aquella profesión que ayude a cerrar esa brecha tan antigua entre hombres y mujeres.
No obstante, si hoy día las mujeres protestaron y pararon fue por muchos motivos más.
Uno de los más importantes constituye la mutilación genital femenina que afecta a 200 millones de féminas y niñas que han sido sometidas a esta práctica y a tres millones de menores de edad que corren el peligro de sufrirla cada año.
Otra razón es el matrimonio infantil, causante de que más de 700 millones de mujeres y niñas sean obligadas a casarse antes de los 18 años alrededor del mundo, 125 millones de ellas, en el continente africano según datos de la UNICEF.
Pero no podemos dejar de mencionar a la agresión sexual, que según La OMS ocasiona que el 35 % de las mujeres en buena parte del mundo, hayan sufrido violencia física o sexual por parte de su compañero sentimental o violencia sexual por parte de otra persona cualquiera en algún momento de su vida.
Eso sin mencionar al principal flagelo de las mujeres hoy día: la violencia doméstica, que cobra la vida de muchísimas mujeres.
