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lunes, 12 de marzo de 2018

Sentirse solo, una enfermedad escondida

Por Aisha

La soledad está definida como la falta de compañía en una persona y que se muestra cargada de profunda melancolía y pesar. Todos nos hemos sentimos solos en algún momento de nuestras vidas, pero cuando se manifiesta como algo pasajero no repercute en nuestra salud. No sucede así en otras personas en los que la depresión por soledad se vuelve crónica. Solo en Estados Unidos los expertos afirman que cerca de 40 millones de personas sufren depresión por esta causa y la consideran y la igualan con los resultados devastadores de la obesidad o las enfermedades cardiovasculares.

 

Cuando nos sentimos solos o deprimidos, tenemos menor capacidad para combatir enfermedades comunes porque se debilita nuestro sistema inmunológico.

Los académicos dicen que las personas identificadas como socialmente aisladas tienen un 12 por ciento menos de actividad en los genes involucrados con la respuesta inmunológica.

Nuestra presión sanguínea puede elevarse más, lo que está asociado a un mayor riesgo de derrames, ataques al corazón, problemas de riñón y demencias.

Por ende, todos estos trastornos conllevan a una muerte prematura, pues son los jóvenes los mayores propensos a estas complicaciones relacionadas con la depresión por estar solos. Pero, ¿estar solos es solamente no tener la compañía de otros?

El desarrollo de las tecnologías nos sumerge en el mundo adictivo de las redes sociales y la Internet. Ahí nos sentimos supuestamente estamos acompañados, pero en realidad la soledad nos acosa. Los jóvenes son los más perjudicados, según investigación de los Institutos Nacionales de Salud EE.UU., que además determinó que quienes consumen grandes horas en las redes sociales, tenían la triple sensación de sentirse solos y aislados. Al parecer también, de acuerdo con algunos médicos, la soledad puede transmitirse a otras personas, algo así como un contagio.

La solución puede ser el fomento de los lazos sociales y el mejor uso del tiempo libre, opciones que nos brindan pertenencia y estabilidad.

Normativas a nivel nacional se toman en algunos países. En el Reino Unido, por ejemplo, se creó el primer Ministerio de la Soledad para tratar este trastorno que afecta a más de nueve millones de personas, jóvenes y mayores, en ese país europeo.

Esa secretaria gubernamental pretende actuar contra la soledad que sufren los ancianos, aquellos que hayan perdido a seres queridos y los que no tienen con quien hablar.

Se estima que la mitad de las personas de 75 años o más —que suman cerca de dos millones en el Reino Unido— viven solas, muchas de ellas sin relacionarse con gente durante días e incluso semanas. Y lo peor es que el conflicto a nivel global se sigue incrementando.