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martes, 17 de abril de 2018

Adicción a los smartphones, la gallina de oro para las compañías

Por mestiza93

Investigadores de la estadounidense Universidad de San Francisco, tras haber realizado un estudio, sentencian que hay mucha semejanza entre engancharse a los dispositivos electrónicos y a alguna sustancia. Se ha hablado hasta la saturación de cuánto estos dispositivos aíslan a las personas, pero este estudio publicado en la revista NeuroRegulation, va más lejos, en tanto indica que esa dependencia continua suscita en el cerebro las mismas conexiones neuronales que genera el consumo de ciertos tipos de opiáceos.

Explicó Erik Peper, uno de los autores principales de la investigación que “a partir de la adicción a los smartphones, se forman conexiones neuronales en el cerebro, de modo análogo a como lo provoca la adicción a los opiáceos en las personas consumidoras de oxicodona para apaciguar el dolor”.

Para quien no sepa lo que es la oxicodona, esto aún no le dice nada. Pero sí le dirá al conocer que se trata de un analgésico muy potente y potencialmente adictivo.

Por otra parte, Peper, junto a su compañero de fórmula Richard Harvey, revela además que esa misma adicción afecta las habilidades comunicativas de quienes emplean este tipo de dispositivos con intensidad.

¿Pero cómo llegaron estos investigadores a los resultados que ahora presentan? Fue una encuesta, en la que participaron 135 estudiantes de la mencionada universidad de San Francisco, la que les abrió el camino y los llevó a dilucidar el asunto.

Resulta que quienes más utilizaban sus teléfonos celulares, presentaban niveles mucho mayores de aislamiento social, así como soledad, depresión y ansiedad.

De ahí que los investigadores interpreten que la soledad se debe en alguna medida a la consecuencia de reemplazar la interacción directa entre dos personas, por la relación con un dispositivo.

“Las notificaciones automáticas, las vibraciones y todas las alertas y sonidos emergidos del celular y de los ordenadores, provocan que nos sintamos tentados a mirar la pantalla y ponen en alerta las mismas regiones del cerebro que se activan ante un peligro inminente, como el ataque de un tigre o el de un gran depredador”, señalan. Peper y Harvey. Por ello atribuyen a las grandes corporaciones tecnológicas gran parte de las afectaciones provocadas por estas tecnologías.

¿Están las compañías creadoras y comercializadoras de móviles dispuestas a cambiar su proceder para proteger a los usuarios? No, creerlo sería como confiar en un fantasma, porque la adición a los 'smartphones' es para ellas, como dicen estos investigadores, la gallina de los huevos de oro.