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martes, 24 de abril de 2018

La historia no contada de la visita del príncipe saudí a España

Por Diana M.

Ni de cortes ni de inocente. La reciente visita del príncipe saudí Mohamed Bin Salman a España no tuvo de ninguno de los dos componentes. El presidente del gobierno Mariano Rajoy y el rey Felipe VI le recibieron sí, pero también jugó un papel fundamental en el “tour” la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, con quien sostuvo reuniones en el Cuartel General del Ejército de Tierra. ¿El objetivo? Se anunciaba ya desde hace algún tiempo las intenciones "comerciales" del jefe de la nación árabe respecto a la compra venta de armamento duro para sus guerras. Y España cedió, decidiendo involucrarse en un juego que se sabe cómo comienza pero no cómo termina.

Desde un inicio, los más capciosos previeron que el saudí desbloqueara la venta de cinco corbetas construidas por la empresa estatal Navantia al sultanato, cuyo principal sostén son los fondos públicos. La operación está valorada en unos 2 mil millones de euros, por lo que se considera la mayor de su tipo en el exterior.

Las cinco corbetas engrosarían el listado de exportaciones armamentísticas españolas a Arabia Saudí, que entre el año 2015 y junio de 2017 alcanzaron un valor de 728,5 millones de euros, según datos ofrecidos por la Secretaría de Estado de Comercio. El mayor cumulo de ellas se realizaron en 2015, cuando Ryad inició su intervención militar en Yemen.

Arabia Saudí es el clásico ejemplo de la venta de armas a terceros. Demuestra que las armas europeas no sólo apoyan los conflictos a través de la venta de armas a países en guerra directa, sino también a través del suministroa Estados que no participan activamente en ofensivas militares, pero cuyas armas terminan en manos de los involucrados en los conflictos.

Yemen es muestra de una de las barbaridades que en escenarios bélicos ha cometido Ryad.Como líder de la coalición de ataque fue acusado repetidamente por bombardear objetivos civiles, incluyendo escuelas, hospitales, mezquitas y puertos, y de la comisión de crímenes de guerra. Peor aún para el caso español, es que hayandetectadoindicios del acceso a armas españolas, por parte de grupos armados hutíes yemenís; armas que fueron vendidas en el pasado a Arabia Saudí, incluyendo lanzagranadas y granadas de mano fabricadas por Instalaza.Líderes de Arabia Saudí reconocieron el uso de bombas de dispersión, un tipo de armamento prohibido según lo establecido por el Tratado Internacional sobre Bombas de Racimo del 2008, firmado por 120 países, entre los cuales no cuenta ninguno de los miembros de la coalición militar liderada por Ryad.

El hecho, que infringió la Posición Común 2008/944/PESC sobre exportaciones de armas, como también la legislación española, hizo que el Parlamento Europeo en el 2016 expresara su preocupación por las acciones que tenían lugar en Yemen.

¿Preocupante que la venta de Armas a Arabia Saudí no sea ni vetada ni suspendida por España? Si. Otras naciones de Europa ya han tomado sus providencias al respecto, como es el caso de Suecia y Alemania; sin embargo, el gobierno de Rajoy no ha valorado el riesgo y descredito mundial que representaría si esas corbetas seutilizaran en el bloqueo naval a Yemen, y contribuyeran a agravar las violaciones del derecho humanitario en este país. Esa guerra ya ha cobrado más de 10 mil muertos y el desplazamiento de más de 3 millones de personas, de hecho, según la ONU, más de 20 millones de personas necesitan ayuda humanitaria de emergencia.

La aureola de revolución y popularidad que envuelven al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed BinSalmán, conocido por sus iniciales: MBS; pudiera engañar a la opinión pública española y europea. Había sido una figura desconocida hasta hace poco, cuando adquirió notoriedad por tomar decisiones nunca antes vistas en un líder saudí, como promover reformas relacionadas con los derechos de la mujer o combatir la corrupción entre la élite política y económica de su país, históricamente intocable.

Aunque aún no ocupa el trono formalmente, él es quien lleva las riendas de su país, pues el rey Salmán, su padre, es un octogenario que sufre demencia senil. Salman se convierte así en el líder de facto de Arabia Saudí.

"La gira internacional en Estados Unidos y Europa está pensada precisamente para reforzar esta visión. Es él quien toma las decisiones importantes para el reino: la cartera de Exteriores y la compra de armamento", ha expuesto Federico Gaon, experto en relaciones internacionales y Medio Oriente.