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viernes, 20 de abril de 2018

Las elecciones cubanas no traerán cambios significativos

Por Leo

Las eleccioens generales en Cuba culminan en esta semana. Con todo esto, ha sido grande el revuelo que ha causado el hecho de que por primera vez en seis décadas el presidente de Cuba no lelve el apellido Castro y las expectativas y especulaciones han sobrado. Sin embargo, un estudio realizado por oficinas estadounidenses que atienden el tema Cuba, afirman que en los tiempos por venir, los cambios en la Isla no serán significativos, y que se concentrarán principalmente en el ámbito económico y social. Al parecer, la continuidad es la palabra de orden en la nación caribeña, pero habrá que esperar para ver qué sucede finalmente.

Mucho se ha escrito sobre las elecciones en Cuba, las cuales culminan este 19 de abril venidero cuando se escoja al consejo de estado y de ministros –con los respectivos cargos de presidente, primer vicepresidente y varios vicepresidentes-, además de constituirse finalmente la Asamblea Nacional del Poder Popular tras la elección de su presidente.

Las especulaciones no han faltado y hay quienes esperan que el próximo mandatario cubano tenga el mismo rol que jugó Mijail Gorgbachov en la extinta Unión Soviética. Ese presidente ruso fue quien decretó el fin de la Unión de Repúblicas Socialistas, significando así la caída del sistema y el cambio de ese país europeo hacia el capitalismo.

Entre las opciones que se barajan en la Isla destaca Miguel Díaz Canel-Bermúdez, actual primer vicepresidente de los consejos de estado y de ministros, dado que últimamente se le ha visto asumiendo roles más públicos y más cercanos a la población. Hay quienes afirman que lo han estado “preparando” para que asuma el cargo más importante en la nación caribeña y bien podría ser así, pero la realidad es que en las votaciones que tendrán lugar en estos días en el Palacio de Convenciones de La Habana, los integrantes de la Asamblea Nacional tendrán la última palabra.

Contrario a todas las teorías que dan por sentado un cambio radical en Cuba, la Oficina de Washington para Latinoamérica (WOLA) no considera que el favorito para suceder a Raúl Castro al frente de la Presidencia de Cuba, Miguel Díaz-Canel, vaya a suponer un cambio dramático e inmediato en la forma de gobernar el país.

Sus declaraciones siempre han denotado un carácter de continuidad más que de ruptura con respecto a la generación histórica que ha gobernado en el país desde el triunfo revolucionario de enero de 1959 y, de hecho, podría decirse que lo caracterizaría una mano un poco más dura respecto a algunos asuntos como la libertad de prensa en la Isla. De hecho, varios son los videos que se han extendido en Youtube y otras redes sociales donde Díaz-Canel arremete contra algunas publicaciones de la prensa no oficial del país.

Marguerite Jiménez, directora de WOLA para Cuba, ha explicado recientemente que no se deben esperar cambios dramáticos en la escena inmediata. Jiménez ha precisado también que si bien no es previsible que el nuevo mandatario –sea Díaz-Canel o cualquier otro- dé un giro brusco en la dirección del país, sí es de esperar que acometa reformas importantes en lo que a la vida económica y social refiere.

La aclaración de la directiva tiene un precedente: tanto Raúl castro, actual presidente cubano, como el primer vicepresidente y otras figuras de la alta cúpula del poder, han dicho que es tiempo de actualizar ciertos elementos del país que están atentando contra su desarrollo y que no están acordes con los tiempos que se viven.

Los próximos años serían definitorios en este sentido, según la oficina que dirige Marguerite Jiménez, quien confiere singular importancia también al estado en que permanezcan las relaciones con Estados Unidos. Al respecto comentó: "Estos aspectos tendrá que afrontarlos en un contexto de creciente hostilidad con Estados Unidos", comentó la experta, quien incidió que la mejora de la economía será "un elemento clave" en el próximo Ejecutivo cubano.

Esta última parte del programa de elecciones generales en Cuba tienen la peculiaridad de que por sentado puede darse un hecho: quien se siente en la silla presidencial no tendrá un apellido Castro, por primera vez en 60 años en ese país.

Otras particularidades: a partir de esta ocasión, se limitará la duración de los cargos políticos hasta dos mandatos consecutivos y habría también un límite de edad para acceder a esas responsabilidades.