Los cambios de Armenia
Armenia, esta pequeña república ex soviética, que todavía calza un proceso de democratización, ha vuelto a jurar a un nuevo presidente, y esta semana el parlamento buscará a un nuevo primer ministro. Sucede que Armenia, y su sistema político no acaban de estabilizarse, y los cambios no siempre resultan beneficiosos.
Armenia acaba de jurar un nuevo presidente y esta semana el parlamento debe elegir un nuevo primer ministro, concluyendo una transición controvertida de un sistema semipresidencial de gobierno a uno parlamentario. Armenia sigue sin encontrar su rumbo, luego de desligarse en la época del 90, de la Unión Soviética. Fue uno de esos satélites de la URSS, que de tanto orbitar alrededor de Moscú, ahora no encuentra su rumbo aunque han pasado algunas décadas. Por esas razones, muchos permanecen escépticos. Armen Sarkissian, ex embajador en Gran Bretaña, juró como el cuarto presidente del país, mientras que el Parlamento está programado para votar por un nuevo primer ministro el 17 de abril. Sarkissian ocupó brevemente el cargo de primer ministro en la década de 1990 y tiene muchas altas conexiones de perfil en círculos científicos y empresariales internacionales. Como presidente, su nuevo rol tendrá una función principalmente ceremonial, mientras que el poder ahora estará con el primer ministro. Como sucede en otras democracias, como Alemania. Claro, Armenia no puede estar más distante de la realidad bávara. El gobernante Partido Republicano de Armenia (RPA) anunció su intención de nominar al ex presidente Serzh Sargsyan, que ha estado en el cargo durante los últimos diez años, para la poderosa oficina del primer ministro. O sea, que todo igual, puede seguir tal cual.
En medio de las críticas de que Sargsyan simplemente está manteniendo su control sobre el poder, sus partidarios dicen que las razones de seguridad hacen que su gobierno sea necesario. Armenia está bloqueada por Turquía y Azerbaiyán en medio de un enfrentamiento armado con este último por el conflicto de Nagorno Karabaj. En abril de 2016, la lucha renovada duró cuatro días durante los cuales cientos murieron en ambos bandos. El plan de Sargsyan para el cambio constitucional se remonta a 2014. Al año siguiente, un referéndum sobre la enmienda constitucional recibió un rotundo "sí" con el 63% de los votos, según los datos oficiales. Sin embargo, la oposición política impugnó los resultados, que según afirman habían sido manipulados para que Sargsyan pudiera mantener su poder. En julio de 2016, Sargsyan repelió un intento de sacarlo del poder. Un grupo de hombres armados asaltó y ocupó un departamento de patrullas policiales, exigiendo su renuncia. Cosas de locos, han pasado en Armenia, y el mundo lo ha desconocido, ni se han enterado. El sistema actual está formado por una sola persona que puede controlarlo y equilibrarlo todo a su vez. En medios del caos, siempre es muy fácil encontrar ganancias. Sargsyan, sabe lo que hace.
