¿Qué hacen los suecos para evitar el estrés?
El estrés se convierte a medida que vamos creciendo en parte irremediable de nuestras vidas, sin embargo saber cómo combatirlo en aras de lidiar con él se hace indispensable cada vez más, y para ello los habitantes de Suecia parecen tener la clave: “ni mucho, ni poco, sino lo justo”.
Eso significa “lagom”, que es una filosofía de vida proveniente de Suecia, y mediante la cual se busca el equilibrio como “medicina” para el estrés. Entre sus costumbres están permanecer en silencio aun con compañía, tener casas minimalistas solo con los objetos necesarios y se visten de manera cómoda, de esa forma son felices. A la fotógrafa y escritora Lola A. Akerström le gustó tanto esa forma de vida, que tras pasar tiempo en Nigeria y Estados Unidos, decidió mudarse a Estocolmo. Gracias a su texto “Lagom”, el resto del mundo pudo descubrir que hace tan especiales a los suecos.
Según la autora “tener mucho o poco de algo también nos estresa, y esta filosofía huye de ello tratando de buscar siempre el equilibrio”. ¿Cuáles son las claves? Entre ellas, Akerström menciona el hablar menos y aprender a escuchar más, pues acaparar conversaciones puede conllevar a perderse muchos detalles y el saber oír a los demás es una manera de respetarlos. Sobre el desayuno admite que los dos componentes esenciales son los hidratos de carbono y los lácteos, a partir de ellos dos se le añaden otras comidas como queso o jamón, de acuerdo al gusto particular y el tiempo del que dispongan para ello. Sobre la comida, creen en una dieta realista, no una restrictiva, por lo que comen lo que apetezca siempre con orden y moderación.
Otra peculiaridad es el llamado momento “fika”, el cual se refiere a aquella pausa en la cual los suecos, mediante un café y un dulce se relacionan con todos aquellos a su alrededor. Igualmente el “lagom” se basa en que el tiempo es oro, por lo tanto la puntualidad es primordial; asimismo es primordial saber escuchar al cuerpo y a la mente (esto lo consideran una necesidad), y tienen presente la sinceridad, por lo que no les da pena decir “no” cuando así lo piensan.
