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domingo, 15 de abril de 2018

Trump desiste en ir a la Cumbre de las Américas

Por Hector_25

A muchos cayó como un jarro de agua fría la decisión de Trump de no asistir a la VIII Cumbre de las Américas, que se desarrollará el viernes y sábado próximos, en Lima, Perú. Algunos plantean al respecto que simplemente América del Sur no está entre sus prioridades, otros consideran que temía una mala publicidad dadas las marchas que se están organizando en su contra en la capital peruana. Lo cierto es que el viaje que canceló constituía en primero que realizaba a la región desde su elección como presidente. Trump ha llegado para romper esquemas, pero, ¿será beneficiosa su decisión?

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, desistió este martes de participar en la VIII Cumbre de las Américas, que se desarrollará el viernes y sábado próximos, en Lima, Perú. El viaje cancelado hubiera sido el primero que hacía el mandatario hacia Sudamérica, pero ha decidido enfocarse en Siria, luego de los supuestos ataques con armas químicas del fin de semana último.

¿Será que la región suramericana no está entre sus prioridades? La historia de Estados Unidos demuestra que los vecinos del sur siempre han sido parte de la hoja de ruta de los presidentes norteamericanos, sin embargo, Trump parece haber llegado para romper esquemas.

No se puede pensar otra cosa, dado que es el primer presidente de Estados Unidos que desecha la invitación a una cita de este tipo, de carácter hemisférico y que fuera alentada desde sus propios comienzos por los círculos de poder norteamericanos mediante los hilos de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Trump debía partir de Washington el viernes para asistir a la Cumbre de las Américas en Lima hasta el sábado, antes de visitar Bogotá el domingo, sin embargo, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca anunció que en su lugar, iría el vicepresidente Mike Pence, quien, sin embargo, no visitará Colombia, un aliado tradicional de Estados Unidos en el área.

En el comunicado de Sarah Sanders se explica que el mandatario destinará esos días a “supervisar la respuesta estadounidense a Siria”. Noticia preocupante, ya que en estos momentos Washington amenaza con una posible acción militar tras el presunto ataque químico el sábado en Guta Oriental, que atribuye al régimen de Damasco respaldado por Moscú.

¿Solo Siria preocupa al magnate convertido en presidente? La Casa Blanca señaló también que Trump estaría monitoreando los acontecimientos de todo el mundo, sin embargo, más cerca, en su propio país, ha tenido que preocuparse por el allanamiento de una de las oficinas y de la residencia de Michael Cohen, su abogado personal, hechos llevados a cabo por el FBI y que no hicieron sino enfurecerlo.

Mientras tanto, los planes de su hija Ivanka no han cambiado, la asesora especial del mandatario irá a Lima para defender "el lugar de las mujeres en la economía de la región", según la Casa Blanca.

Los estudiosos no están impresionados con este nuevo desplante, según Christopher Sabatini, experto en relaciones internacionales de la Universidad de Columbia en Nueva York, es otro desaire más en una larga lista de desplantes hacia la región.

La relación de Trump con los latinoamericanos nunca ha tenido un buen momento, podría decirse. Ya desde la campaña electoral en 2016, sus duras críticas a los inmigrantes ilegales sentaron las bases de esta “pareja-dispareja”. En su minuto más álgido, el presidente norteamericano llegó a comparar a los inmigrantes con “serpientes traicioneras”, en un franco olvido de quiénes están impulsando varios de los sectores de su nación una vez que llegan.

Trump consideró perjudiciales para los trabajadores estadounidenses las prácticas comerciales, lo que puede traducirse en que los inmigrantes cobran menos y constituyen una competencia para los mismos. Igualmente, en varias ocasiones ha amenazado con abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, vigente desde 1994 y crucial en su relación con México, bajo revisión a instancias suyas.

La hostilidad de Trump tiene su mayor símbolo en el muro que pretende construir en la frontera con México, promesa que hizo desde su campaña y que, mientras se concreta, ha incluido el envío de casi cuatro mil miembros de la Guardia Nacional al área a custodiarla.

A diferencia de la decisión tomada en esta ocasión, las cumbres anteriores habían constituido una clara oportunidad para que Estados Unidos influyera en los asuntos regionales. Ahora, el resultado estará por verse.

A todas luces, se perdió una valiosa oportunidad, toda vez que China está apuntando fuertemente a la región, cosa que Washington quería impedir al presentarse como un socio preferencial frente al gigante asiático. Pero Xi Jinping ha visitado tres veces la región desde 2013. ¿Cómo pueden presentarse como una alternativa creíble si ni siquiera su presidente se aparece en el foro principal del hemisferio? Esta historia sigue y dará respuesta a la interrogante.