Bolivia, en estado de emergencia sanitaria
Doce personas han muerto por influenza A (H1N1) en los primeros cuatro meses de 2018 en Bolivia, específicamente en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, al este del país, donde desde enero hasta la actualidad se han reportado 257 casos positivos. La emergencia sanitaria fue declarada de inmediato por el Concejo Municipal de la urbe, y a partir de ella se estableció como nueva norma ofrecer atención gratuita a todos los pacientes que acudan al médico con síntomas de la influenza, además de aplicar vacunas en los centros de salud que administra el municipio.
Los especialistas y autoridades de salud sugieren el uso permanente del alcohol en gel, lavarse bien las manos y evitar frecuentes besos y saludos con la mano. Recomiendan también que los enfermos no asistan a centros educativos ni a sus lugares de trabajo mientras padezcan la enfermedad.
Para la atención a los pacientes se anunció que el Concejo Municipal destinará un millón de bolivianos (equivalente a 150 000 dólares) para la adquisición de barbijos, alcohol en gel y otros insumos médicos.
Además, se valora por las autoridades la importancia de destruir los criaderos de mosquitos para evitar que los casos de gripe A (H1N1) aumenten en los diferentes barrios de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
El virus ha mutado en el tiempo y desde marzo del 2009 se reportan 900 muertes en Europa y América por la epidemia de una nueva cepa. Alrededor de 100 muertes en México, además del reporte de nuevos casos en los últimos anos.
La Organización Mundial de la Salud registra un número considerable de casos del virus, que ha llevado a la muerte a no pocas personas. En distintos países, y es lo más preocupante, se duplica cada día el número de pacientes declarados con la enfermedad. ¿Falta percepción de riesgo? ¿Falta un actuar más inmediato de las autoridades de salud?
