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miércoles, 9 de mayo de 2018

La población italiana desciende de manera sostenida

Por Anitaa

A partir de los años sesenta del siglo XX, la población italiana experimentó un cambio en su ritmo de crecimiento, que decreció hasta el 0,0 por ciento de media anual entre 1985 y 1990. El descenso de la tasa de mortalidad fue acompañado por un descenso considerable de la tasa de natalidad, siendo en 2008 uno de cada cinco italianos mayor de 65 años.​ El cambio en las tendencias demográficas afectó asimismo los tradicionales movimientos migratorios que hasta entonces habían hecho de Italia una de las mayores reservas de mano de obra de Europa (Francia, Reino Unido y Alemania, principalmente) y América (Estados Unidos, Brasil, Argentina, Venezuela y Uruguay cuentan con numerosas comunidades de origen italiano).

Italia pasó a convertirse en punto de llegada de inmigrantes del tercer mundo, pero, sobre todo, se establecieron importantes corrientes migratorias internas. Con un movimiento masivo de población del Sur hacia Roma y el Norte industrializado (Turín, Milán, Génova, Venecia y Bolonia), pero no hacia el noreste, aún muy pobre, lo cual no ha hecho sino radicalizar las diferencias entre el norte y el sur, pero que a su vez ayudó a que la natalidad creciera.

La tasa de fertilidad creció en pocos años desde 1,32 niños por mujer en 2005 hasta 1,41 en el año 2008. La concentración de la población italiana en los núcleos urbanos (69 ciento de población urbana) ha generado una red homogénea de grandes ciudades, que desempeñan el papel de centros regionales (Nápoles, 973 132 habitantes; Turín, 963 128; Palermo, 663 173; Génova, 610 887; Bolonia, 372 256, y Florencia, 364 710), con dos destacados núcleos a nivel nacional; Roma (2 718 768 hab.), la capital política, y Milán (1 299 633), la capital económica.

Recientemente, el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat) estimó que la población de Italia, ascendente a 60,6 millones de habitantes en 2017, será de 59 millones en 2045 y de 54,1 millones dos decenios después.

Según la proyección media de escenarios delineados por la entidad oficial en un informe titulado “El futuro demográfico del país”, del comportamiento de variables asociadas a eventos de esta naturaleza dependerá la población total en 2065, la cual oscilará entre un mínimo de 46,4 millones y un máximo de 62.

En el escenario medio, indica el documento, se registrará un descenso de la población durante todo el período en las regiones del Sur y las islas, proceso que comenzará a partir de 2045 en las del centro-norte, en tanto se producirá una mayor concentración de los habitantes en la porción septentrional de la península.

De esa manera, en las regiones del centro y norte del país se concentrará el 71 por ciento de los residentes del país, comparado con 66 actualmente, mientras que en el sur y las islas esa cifra se reducirá de 34 a 29 por ciento.

Los nacimientos proyectados, agrega el Istat, serán inferiores a las defunciones, con un déficit de menos 200 mil en los primeros años de la proyección, el cual pasará a 300 mil y 400 mil a mediano y largo plazos, respectivamente.

La fertilidad, por su parte, debe crecer de 1,34 a 1,59 hijos por cada mujer en 2065 respecto a 2017, en tanto la esperanza de vida al nacer continuará aumentando hasta alcanzar los 86,1 años en los hombres y 90,2 en las féminas, comparados con los 80,6 y 85, de 2016, respectivamente.