La Virgen María evita las consecuencias de la pesca con dinamita
La pesca con dinamita es un fenómeno ilegal pero, desgraciadamente, es practicado en muchas partes del mundo, lo que trae como consecuencia la pérdida de muchísimas especies de la fauna marina, sobre todo aquellos que hacen de su hábitat a los corales. Para evitar esta catástrofe, en las profundidades marinas, cerca de la costa de Filipinas, una gran estatua de la Virgen María protege unos de los mayores arrecifes de coral del mundo.
Según un estudio, cada mes de septiembre, más de 10 mil barcos, los más grandes, se reúnen en alta mar, donde se encuentran con otras 60 mil naves de variados países, entre ellos unos mil españoles, ello ha demostrado las graves dimensiones y el alcance de la pesca comercial. El estudio fue propuesto por la organización Global Fishing Watch y explica que la flota pesquera industrial ha llegado al 55 por ciento de la superficie oceánica del planeta, lo que supondrían más de 200 millones de kilómetros cuadrados. En comparación, esa cifra cuadruplica la extensión dedicada a pastos y agricultura.
Y ahora, la pesca con dinamita representa también un problema que ha alcanzado graves dimensiones, sobre todo para los grandes arrecifes que albergan a innumerables especies de la fauna marina de todo el mundo.
Para evitarlas, en las profundidades marinas, cerca de la costa de Filipinas, una estatua de la Virgen María protege unos de los mayores arrecifes de coral del mundo. Un grupo de buzos la colocaron allí en el año 2010, con la idea de que su presencia ahuyentara a los pescadores con explosivos, que constituye una práctica habitual en la zona que a su vez, está destrozando las barreras de coral.
Ocho años después, la cadena de noticias BBC acompañó a este equipo de buzos en su peregrinaje a la Virgen para comprobar el estado de los corales. Y al parecer la idea fue efectiva. Poco a poco, según cuenta el biólogo marino William Villaver, los corales están volviendo a crecer, lo cual es una señal positiva, señala.
La pesca con dinamita, aunque actualmente es ilegal, se practica ampliamente en el Sudeste Asiático y debido a este problema, se calcula que han desaparecido el 50 por ciento de los corales marinos en esa región mediante el habitual empleo de este destructivo sistema pesquero.
