Una campaña a favor de los antimicrobianos
En un histórico memorando de entendimiento los tres organismos de la ONU decidieron de una vez nuevas acciones a su ya bastante amplia colaboración, en esta oportunidad para desarrollar nuevos sistemas de vigilancia y uso de antimicrobianos a nivel global, un programa mundial de gestión de los mismos y un marco de seguimiento y evaluación para el plan de acción a nivel internacional.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la Organización Mundial de la Salud y de Sanidad Animal acordaron el pasado miércoles trabajar de conjunto para combatir la resistencia a los antimicrobianos.
Acorde con un comunicado de prensa difundido por la FAO, esas acciones que se suman a las previamente existentes, como el marco integral de normas internacionales sobre el uso responsable y prudente de los antimicrobianos, para combatir amenazas para la salud relacionadas principalmente con las interacciones entre los seres humanos, los animales y el entorno.
Además de los antimicrobianos el acuerdo entre FAO, OMS y la OIE, realizado durante una reunión del Grupo de Coordinación Interinstitucional que versó sobre el tema realizada en Divonne les Bains, en Francia, está dirigido también a mejorar la capacidad de predicción y respuesta rápida y efectiva a varias enfermedades zoonóticas emergentes y otras endémicas.
De igual modo busca ayudar a los estados miembros de las organizaciones a fortalecer sus sistemas nacionales de salud, así como la promoción responsable de la colaboración en la reducción de riesgos. Tras la rúbrica, el director general de la FAO, José Graziano da Silva, destacó la gran importancia de los antimicrobianos para proteger la salud humana y los animales, pero alertó que esos medicamentos deben usarse de manera medida, incluyendo en los sectores agrícolas.
Enfatizó que la FAO defiende el uso de los antibióticos y el resto de los antimicrobianos solo ante las enfermedades y para aliviar sufrimiento innecesario y en circunstancias muy particulares para prevenir una amenaza inminente de infección.
Instó además a eliminar su uso para estimular el crecimiento, sobre todo en la ganadería y la acuicultura, así como su empleo como biocidas en los cultivos varios, lo cual provoca que algunos hongos se vuelvan más resistentes a los tratamientos.
