Otro intento desesperado de Theresa May
Theresa May, la premier británica, propondrá en el transcurso de esta semana una tercera vía para desbloquear el proceso del Brexit y llegar así a un compromiso sobre la futura relación aduanera que se establecerá entre Londres y Bruselas. La propuesta se hará pública los próximos días, antes de la reunión que sostendrá el gabinete en la residencia oficial de Chequers, y será probablemente la piedra angular del llamado Libro Blanco del Brexit se que publicará el 9 de julio.
Hasta este momento, los planes de May para una nueva sociedad aduanera con el bloque europeo se habían estrellado contra la férrea intransigencia de sus propios ministros, bastante divididos ante el Brexit. La segunda opción, que se conoce como "max fac" ("máxima facilitación") y que se encuentra apoyada en el uso de la tecnología para evitar la fricción que se manifestará en las aduanas, fue criticada duramente por las propias empresas británicas como demasiado ingenua y nada realista.
Downing Street no ha adelantado hasta el momento los detalles de la misteriosa tercera vía, pero fuentes dentro de la propia Unión Europea que han tenido acceso al borrador del 'Libro Blanco del Brexit' advirtieron que la propuesta equivale a variar los principios fundacionales de la propia Unión Europea y que no puede ser aceptada por Bruselas.
Parafraseando al secretario de Exteriores, Boris Johnson, esas mismas fuentes aseguran que el Reino Unido pretende seguir quedándose con el pastel y comérselo, en su empeño por salir del mercado único y de la potente unión aduanera y conservar al mismo tiempo algunos de sus más gustados privilegios.
May podría proponer en este documento la permanencia indefinida en el mercado único de mercancías, pero restringiendo en varios aspectos la libertad de movimientos y ofreciendo algunas concesiones en los servicios financieros.
El antiguo máximo responsable de los servicios legales del Consejo Europeo, Jean-Claude Piris, declaró que lo que pretende con esta propuesta Reino Unido equivale a subvertir el propio mercado interno del bloque y dividir las libertades básicas fijadas desde el año 1957 en el proyecto europeo.
Otra propuesta alternativa en el mencionado Libro Blanco podría ser la extensión de un año del período de transición, que en un principio expira en diciembre del año 2020, para aplacar la inquietud cada vez más creciente de las empresas británicas.
El Brexit no mereció en cualquier caso apenas unos 15 minutos de debate entre los 27 líderes del bloque, menos el propio Reino Unido, en la reciente cumbre de Bruselas, que finalizó con un llamamiento a Londres para que ofrezca una propuesta realista y que puedan funcionar para ambas partes.
