Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

miércoles, 18 de julio de 2018

Pedro quiere salvar a Cataluña

Por sonia

 Pedro Sánchez lleva 50 días en la Moncloa y está dispuesto a seguir ahí ganando las próximas elecciones. Para ello ha de convencer a la gente – al electorado – de que es el mejor presidente que podría tener España. No será difícil destacar si se le compara con el anterior Gobierno que, capitaneado por Mariano Rajoy, se le tildó de inmovilista en numerosas ocasiones.

Para Cataluña, el presidente quiere un nuevo estatuto, pactado con todas las fuerzas políticas. Si desde la bancada nacionalista escuchaban con interés, que no se emocionen demasiado, porque la autodeterminación no es una idea que Sánchez quiera promover. El mandatario coincide que la política es la mejor salida al conflicto, y descarta actuar por la vía judicial tal como hizo el PP.

Parece que este Gobierno socialista quiere encontrar el punto medio del que hablaba Aristóteles accediendo a algunas de las peticiones del sector independentista, pero mostrándose firme contra la independencia y a favor de la Constitución. “Dialogar no es ceder. Dialogar es hacer política” ha dicho. Sánchez ha advertido que el problema catalán se encendió, en parte, tumbar el Tribunal Constitucional parte de los artículos del Estatut que se votó en 2006.

El presidente ha decidido encarar con vigor los principales problemas del país, entre lo que destaca claramente el ansia independentista de la mitad de Cataluña. En su extenso discurso de ayer (de 90 minutos, nada menos), el líder del PSOE explicó ante los diputados las ideas que tiene para hacer de España un país mejor.

Algunos de sus planes son la publicación de los nombres de los defraudadores y la elaboración de un proyecto de ley que prohíba las amnistías a los que no paguen sus impuestos en el país. También planea una subida de impuestos, que afectarían especialmente a la banca (que los exprimirían de sus clientes), y una renegociación del Pacto de Toledo (para las jubilaciones y pensiones). Todo ello tiene el objetivo de ir templando la enorme deuda fiscal hasta el límite que marcó Bruselas.