Festival de Cine... ¿pobre?
Este año España fue el país invitado a un Festival de Cine que va ganando fama a nivel internacional. Gibara, en la provincia cubana de Holguín, es un pueblo de ensueño. Tiene la magia de las ciudades con costa y nadie, absolutamente nadie, escapa de la seducción de su mar, de sus casas y de su gente. Solo una visita, y el amor por la Villa Blanca ya es eterno. Humberto Solás, destacado director cinematográfico cubano, no escapó a sus encantos y organizó allí un Festival de Cine que desde su primera edición, en el año 2003, ha realzado la belleza de la ciudad.
El Festival de Cine Pobre de Gibara promueve el cine alternativo, lo que, como indicara su creador, no significa “carente de ideas o de calidad artística, sino que se refiere a un cine de restringida economía que se ejecuta tanto en los países de menos desarrollo o periféricos, así como también en el seno de las sociedades rectoras a nivel económico-cultural, ya sea dentro de programas de producción oficiales, ya sea a través del cine independiente”. La primera jornada contó con la participación de más de 6000 personas, quienes convirtieron en tradición el desfile por la Calle Independencia, arteria principal de la ciudad.
Sin embargo, el año 2008 trajo consigo una lamentable noticia para los cubanos: Humberto Solás había muerto. El festival quedaba sin su principal artífice. Como una forma de rendirle homenaje, el evento cinematográfico adoptó su nombre y el destacado actor cubano Jorge Perugorría asumió la dirección del festival. Este último, si bien se ha mantenido fiel a la esencia de la cita, también ha matizado el encuentro con su concepción particular de hacer cine, lo que ha sido un elemento renovador, que ha enriquecido cada una de las ediciones desde el año 2009. La última edición del festival, que se celebró entre el 16 y el 22 de abril de 2017, así lo demostró.
En esta ocasión, se presentaron 141 obras y la cita sirvió de plataforma para la convergencia de diversas manifestaciones artísticas, pues se realizaron paneles, exposiciones fotográficas, y se dio amplia difusión al teatro. También la música ocupó un lugar primordial, ya que reconocidos artistas cubanos como Pablo Milanés, Pancho Céspedes, Kelvis Ochoa, David Torrens, Athanai, David Blanco, Havana de Primera y Nube Roja, ofrecieron espectaculares conciertos que transformaron las noches de la Villa Blanca en una fiesta eterna. Por otra parte, el país invitado fue España, de ahí que se realizara el conversatorio Cine Español, con Imanol Arias, Victoria Abril y Guillermo Corrales. Además, un suceso transcendental durante la XII edición del festival fue la entrega, por primera vez, del premio Lucía, otorgado a Eslinda Núñez, a Adela Legrá y a la familia de Humberto Solás.
El encuentro arrebató la quietud de la ciudad, la transformó y le hizo uno de los mejores regalos por sus 200 años. Para recibirlo, la Villa Blanca se engalanó y ofreció su misticismo a todo el que quisiese degustar del buen arte. Este encuentro, que se realizó también porque Gibara lo merece, augura todavía mejores citas, para que, rememorando a Humberto Solás, el cine salga, definitivamente, de la era de la barbarie.