Los españoles podrán elegir el orden de los apellidos
Un recién nacido no puede escoger su nombre, y tampoco sus apellidos. Hasta hace poco, era el estado español el que decía a los progenitores que el bebé tenía que llevar el primer apellido del padre seguido del primero de la madre. Así, por tradición convertida en norma. El padre siempre tenía preferencia, y el de la madre era el que más números tenía de perderse con el pasar de las generaciones. No había alternativa. Hasta ahora. En principio la nueva ley que eliminaba la predilección por el apellido paterno iba a entrar en vigor este próximo 30 de junio, pero por motivos burocráticos su aprobación y aplicación no se dará hasta 2018.
Los apellidos no solo nos identifican entre los 47 millones de habitantes que hay en España, sino que también son un legado familiar que puede llegar a representar décadas de historias. Y en este sentido, los apellidos de las mujeres son los que siempre terminan en el olvido, excepto casos excepcionales. Si bien en el asunto de la igualdad de apellidos vamos un paso por delante de los países de habla inglesa – donde el de la mujer cae en el olvido tras el matrimonio – algunos colectivos han decidido dar un paso más y pedir que el Gobierno garantice una completa igualdad de oportunidades.
A partir de 2018, los progenitores tendrán la última decisión, y las parejas tendrán que llegar a un consenso para decidir cuál de los dos apellidos – si el de él o el de ella – será el primero que figure tras el nombre de su nuevo retoño. Una vez escogido, se deberá hacer constar en el Registro Civil, un trámite que los mismos hospitales facilitarán. Las inscripciones de los bebés tendrán tres días de plazo, pero si pasadas las 72 horas no han tomado una decisión y el tiempo expira, será el encargado del Registro quién decida el orden de los apellidos. Más vale que se den prisa, pero ¿cuánto tiempo se necesita para una elección así?
