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miércoles, 12 de julio de 2017

África en cónclave

Por ReyKewelta

El continente africano exhibe una difícil situación socioeconómica. Una de las formas de enfrentar la difícil situación en la que Africa se haya sumida es a través de la integración. Por ello, en los primeros días de julio de 2017 tuvo lugar la XXIX Sesión Ordinaria de la Asamblea de la Unión Africana, en Addis Abeba, Etiopía. El cónclave, que tuvo como lema Aprovechando el dividendo demográfico mediante la inversión en la juventud, tuvo como tópicos fundamentales el éxodo de los sectores jóvenes de la población africana, la unidad política, los conflictos en la región y la necesidad de la independencia económica de Occidente.

El continente negro es un continente que sufre. Siglos de explotación lo han condenado a la pobreza, aun cuando este exhibe valiosos recursos naturales. El subdesarrollo que trajo aparejado la división internacional del trabajo es marcadamente visible en esta región. Su superación es un reto para el continente, mucho más si se tiene en consideración que así como el sistema capitalista generó la mayoría de los problemas que enfrenta, lo necesita deformado para seguir garantizando los recursos naturales de los que se nutre.

Una de las formas de enfrentar la difícil situación en la que Africa se haya sumida es a través de la integración. Los líderes del continente lo vislumbraron así cuando en el año 2001 se produjo la renovación de la entonces Organización para la Unidad Africana, cuyo fin principal era el aumento de la integración económica y política en el continente, así como de la cooperación entre sus miembros. La organización fue renombrada como Unión Africana. Esta contó con la XXIX Sesión Ordinaria de su Asamblea, en Addis Abbeba, Etiopía, en los primeros días de julio de 2017.

Como parte del cónclave, los Jefes de Estado de los miembros de la UA, discutieron temas en el ámbito multilateral que incidían en sus intereses. Uno de los tópicos fundamentales fue la salida del continente de los sectores más jóvenes de la población, principalmente a través del robo de cerebros. Son alrededor de 200000 los profesionales que cada año emigran por este motivo. Este tema fue el centro de los discursos de los mandatarios, lo que se correspondió con el lema de la reunión: Aprovechando el dividendo demográfico mediante la inversión en la juventud. Además, se insistió en la necesidad de que la diáspora africana se implicara activamente en el desarrollo de la Unión. De igual forma, el tradicional llamado a la unidad política de la región, nuevamente estuvo presente, así como la exhortación a la colaboración y a la solidaridad como vías para alcanzar la paz, el desarrollo y la seguridad.

Los Jefes de Estado y de Gobierno también analizaron el conflicto en Sudán del Sur. En este sentido, los líderes reconocieron que la Cumbre constituiría un marco propicio para que las partes involucradas retomaran la negociación. Otro de los temas centrales fue la independencia y el derecho a la autodeterminación para la República Arabe Saharaui Democrática. Este tópico adquiere nuevas dimensiones con la reciente entrada de Marruecos a la Unión Africana. Visto por muchos como un triunfo para la RASD, pues sería como un reconocimiento tácito por parte de Marruecos; pero por otros como un triunfo de Marruecos, que contaría con una plataforma para ejercer presión. De igual forma, cuando se analiza este tema en el seno de la organización, se parte del respeto a la soberanía de cada uno de los Estados miembros.

Otro de los tópicos a tratar fue la independencia económica de Occidente, vital para vencer la colonización económica de la que Africa es víctima, así como la reforma institucional de la organización.

La reunión demostró que la Unión Africana puede erigirse como un mecanismo efectivo para afrontar la difícil situación socioeconómica que vive Africa. Detectar los problemas y tomar medidas concretas para solucionarlos se impone.