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martes, 11 de julio de 2017

Nadie puede con el Judge

Por Aliet Arzola

El lanzador David Cone, uno de los pocos que ha tirado un juego perfecto en la historia de las Ligas Mayores de Béisbol (MLB) de Estados Unidos, escribió en Twitter la noche del lunes que Zeus había bajado del Monte Olimpo para participar en el Derby de Jonrones. Su referencia, inequívoca, estaba dirigida al inmenso Aaron Judge, el hombre que impresionó a todo el planeta en Miami, donde ganó sin resistencia el Derby del Juego de las Estrellas. El patrullero de los Yankees de Nueva York se comportó de forma salvaje y despachó 47 pelotas más allá de los límites, cifra a la cual ninguno de los participantes se acercó, a pesar de realizar más swines y consumir más tiempo de competencia.

El Derby, en su formato actual, consiste en duelos directos de los ocho candidatos, que se van eliminando en emparejamientos de cuatro minutos para cada uno, en los cuales tienen que botar la mayor cantidad de bolas posibles. Judge, un monstruo fuera de serie, consumió todo su tiempo en la primera ronda, pero en las dos siguientes le sobraron casi tres minutos, pues superó la cifra de jonrones de sus oponentes en un santiamén. Demostrando su descomunal poder con vuelacercas por todas las bandas, el gigante de 2.01 metros de estatura se robó el show en noche aciaga para el monarca vigente, Giancarlo Stanton.

El jugador franquicia de los Marlins de Miami y dueño del mayor contrato en la historia de MLB, perdió en la primera ronda contra el receptor dominicano de los Yankees de Nueva York, Gary Sánchez, quien dio la sorpresa con sus 17 palos de vuelta completa que enmudecieron el Marlins Park. Stanton presionó, pero su gasto no fue suficiente, con lo cual dejó la responsabilidad triunfar al otro anfitrión del Derby, el poderoso Justin Bour. El corpulento inicialista comenzó impetuoso con 22 jonronazos en la ronda inicial que pusieron de pie a los más de 30 mil fanáticos presentes en el recinto techado ubicado al sur de la Florida. Afuera caía un aguacero torrencial, y dentro del parque llovían enormes batazos.

Bour parecía con pie y medio en la siguiente fase, pero faltaba por batear el Judge, el Juez de los Yankees que ha ganado una impresionante popularidad en todos los Estados Unidos. El chico de solo 25 años se empleó a fondo y poco a poco fue cerrando el cerco, apoyado en su swing parejo y sin grietas, con los mismos movimientos naturales que ha mostrado en toda la temporada. Con un ritmo frenético, despachó 23 pelotas a todos los rincones de las gradas, tanto por la banda derecha, el centro o el izquierdo, donde uno de los batazos chocó contra el muro final del estadio, a 501 pies.

Pero ese no sería el jonrón más largo de Judge, quien después incrementó su marca de distancia sucesivamente a 504, 507 y 513 pies, este último el palo más largo que se ha dado en la historia del Marlins Park. Esa primera ronda contra Justin Bour dejó claro de qué material está hecho Aaron, quien jamás se presionó ni se vio ansioso por el enorme reto que tenía por delante. Judge dio una demostración de su grandeza, porque no solo remontó la diferencia más grande de toda la noche, sino que todo el tiempo sonrió, celebró los cuadrangulares de sus rivales y compitió como si se encontrara en los terrenos de su secundaria.

Para semifinal y final, Judge sumó 24 vuelacercas, pero en cada una de esas rondas no consumió todo su tiempo, pues antes del límite ya había tumbado a sus contrarios, quienes, por cierto, eran bastante complicados. En semis se encontró con el novato sensación de la Liga Nacional, el patrullero de los Dodgers de Los Ángeles, Cody Bellinger, mientras en la discusión del título se las vio con un portento físico de más de 260 libras de peso, el dominicano Miguel Sanó. Ambos quedaron como simples mortales ante el despliegue sobrenatural de Judge, quien se convierte en el cuarto jugador de los Yankees que gana el Derby desde su surgimiento en 1985. Antes habían triunfado Tino Martínez (1997), Jason Giambi (2007) y Robinson Canó (2011).