La banda sonora de un barrio de La Habana
Desde hace ya unos meses, las tardes de los domingos en la barriada capitalina de centro habana tienen una particular sonoridad. Y es que ritmos y temas se entremezclan en una perfecta simbiosis que salen de la bocina de Raymel, un joven graduado de sonido en la Facultad de Medios Audiovisuales del Instituto Superior de Arte y que se ha puesto como meta ponerle banda sonora al barrio, objetivo que ha logrado con la ayuda de varios seguidores de la cancionistica cubana y mundial.
Teléfono en mano sincronizado por Bluetooth es lo necesario para que inicie la reproducción de temas y ritmos que despiertan incontables reacciones en los curiosos e interesados en lo que ofrece Raymel. El lugar de referencia es el parque Maceo, frente al hospital Hermanos Ameijeiras. Sin embargo, el primer domingo, Raymel Casamayor Bello arrancó hacia las calles él solo, simplemente con su bocina IQ SOUND, una mochila y su sombrero de guano para protegerse del sol. Con ese estilo que lo caracteriza y ese carisma contagioso con el que irrumpe casi siempre en esa vecindad ecléctica que distingue a los barrios habaneros que ya no lo reciben con la extrañeza de las jornadas iniciales.
Benny Moré, I feel good de James Brown, temas legendarios de Van Van, y géneros como el Mozambique o el Changüí, son casi habituales en su disco-calle. Sonoridades que hacen levantar incluso a los más viejos de casas y dar sus pasillos de antaño. Experiencias y rostros nuevos parecen cada domingo. En cada ruta, cada vez más diversas, se promocionan músicas que muy pocos suman como listas en sus dispositivos, o transmiten con frecuencia en los medios de difusión masiva.
Este Quijote habanero desde hace unos meses inicio su cruzada para a través de una música genuina con innegables valores artísticos y populares, a través de canciones e intérpretes que ya casi no se escuchan hoy y que las nuevas generaciones quizá ni conocen, recorrer e interactuar con los pobladores de barrios marginales de La Habana para “promocionar, educar, enseñar y ponerle un poquito más de color a estos contextos”. Este singular proyecto , , define en su propio nombre, una importante estrategia cultural asumida de manera independiente: ReConstruccion
Raymel es esperado cada domingo por una tropa fiel de seguidores, en su mayoría niños, a los que también se suman amas de casa, obreros, estudiantes y profesionales que conviven en esas zonas. Sus principales bases de apoyo son su novia y amigos quienes, reproduce temas de todos los géneros y con intérpretes cubanos y extranjeros, que abarcan el Jazz, Latin Jazz, Funk, Rumba, Son, Danzón, Cha cha chá, Mambo, Guaracha, Trova tradicional, Bolero, Merengue, Salsa, Timba, Mozambique, Pilón o la Fusión. Su manantial de fuentes es inagotable, porque para él “Cuba es la isla de la música”.
