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miércoles, 6 de septiembre de 2017

Un teléfono rojo para la crisis en Cataluña

Por Yamy

Ante la llamada crisis de Cataluña que desde hace algún tiempo viene sonando, incluso más allá de las fronteras españolas, ha sido preciso para el Gobierno de Mariano Rajoy mantener una estrecha comunicación con el partido político Ciudadanos (Cs), para así enfrentar el desafío secesionista que pretende el Govern de Carles Puigdemont. La vicepresidenta del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría y la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, son las líderes que encabezan este gabinete de crisis que se encuentra en permanente alerta.

A este lazo de comunicación imprescindible le han bautizado como al aparato que, en la década de los 60, constituía una vía directa entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. El teléfono rojo, que en realidad era de color negro, surgió como una alternativa para aliviar las tensiones entre ambas superpotencias, que por poco no desencadenan una guerra nuclear. 

Será entonces que el escenario político asociado al tema de la independencia de Cataluña representa una crisis similar, capaz de tener importantes detonaciones sociales. Es por eso que la negociación es vital para evitar que las polémicas y altercados lleguen a mayores. Por supuesto, eso nadie lo quiere.

De acuerdo con fuentes, es evidente que estando a menos de un mes del 1 de octubre, fecha fijada por la Generalitat para intentar llevar adelante el plan de realizar un referendum ilegal (según la constitución de España que no favorece la separación), el presidente Mariano Rajoy necesita mantener abierta una línea de comunicación directa y constante con las dos principales fuerzas constitucionalistas, PSOE y Ciudadanos.

La comitiva de negociación parece ser mucho más amplia. También se estima que esté integrada por el vicepresidente del Parlament, José María Espejo; el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes (y mano derecha de Sáenz de Santamaría), José Luis Ayllón; y el secretario general de Cs (y hombre de confianza de su presidente, Albert Rivera), José Manuel Villegas.

Se supone que si el Gobierno mantiene una interlocución cordial, aunque protocolaria, con el PSOE, entonces con Ciudadanos debe ser constante. Aunque la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, es la interlocutora fundamental con el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, uno de los problemas que destacan del Gobierno y del Partido Popular (PP) es que no tienen una representación en la mesa del Parlament, donde evidentemente sí es miembro José María Espejo por ser su vicepresidente; es por tanto la persona que pudiera comandar la cámara catalana si la justicia suspendiera a la presidenta Carme Forcadell.

Seguidores del tema han expresado que aunque Sáenz de Santamaría y a la líder opositora en Cataluña Inés Arrimadas solo se les ha visto coincidir durante una reunión pública en el mes de febrero, indudable han debido mantener una comunicación fluida y alternativa. El canal permanente de diálogo establecido se supone que es bidireccional, de modo que el Gobierno no solo transmite decisiones o valoraciones, también escucha y tiene en cuenta las impresiones de Ciudadanos con la intención de poder solucionar la crisis en el poco tiempo que queda.

Sin embargo, ante la finalidad de independizar a Cataluña de España, Mariano Rajoy ha indicado que no procede porque es ilegal, y no tiene sustento tal acto en las bases constitucionales del país; a lo que ha expresado que el referéndum no será logrado porque eso sería “liquidar la democracia española”. Se especula que próximamente el gobierno inhabilitará a los principales dirigentes catalanes, y además será ejecutado un plan de acción específico para evitar que se coloquen urnas de votación en lugares públicos o privados.