¡BMX, yo quiero BMX!
Cualquiera que ose “copiar” alguno de sus saltos doy fe que más de un “revolcón” se lleva. Y es que, indiscutiblemente, la práctica de BMX requiere de gran agilidad, tenacidad y décadas de práctica hasta conseguir esas “vueltas acrobáticas” que dejan con la boca abierta a todo aquel que las disfruta. La adrenalina al máximo es una de las características que distinguen a sus practicantes -jóvenes en su mayoría-, que ven en este deporte un reto. La intensidad del mismo involucra carreras a velocidad extrema en bicicletas, en un escenario lleno de pistas con un comienzo en línea y obstáculos en el camino. Este deporte urbano, que constituye ya una tendencia, cuenta con más de un centenar de trucos. Entre esos destacan el popular el BACKFLIP (que consiste en dar una vuelta en el aire hacia atrás) y el FRONTFLIP (que es hacia adelante).
El BMX, como deporte, se originó a comienzos de los años ´70, en California. En esta misma época se generalizó la variante conocida como “carreras en circuitos de tierra”, muy similar a la realizada con motos, pero con bicicletas. A mediados de los 80, se empezó a usar la bicicleta especial BMX para hacer trucos de Freestyle, al tiempo que la American Bicycle Association (ABA) se organizaba como una entidad nacional para el crecimiento del deporte, que se introdujo en Europa en 1978. En abril de 1981 se fundó la Federación Internacional de BMX, produciéndose el primer campeonato del mundo en 1982. Desde enero de 1993, este deporte forma parte de la Unión Ciclista Internacional (UCI) y se convierte un deporte olímpico. Su debut fue en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, donde se compitió en las modalidades de contrarreloj y circuito (race) - tanto para los hombres como para las mujeres.
En Cuba… ¿¿¡¡BMX??!!
Con apenas unas rodilleras y una bicicleta BMX -conseguida con esfuerzo propio-, deportistas cubanos realizan esta práctica en la capital. Confieso haberme quedado asombrada ante el ánimo y las incesantes ganas de hacer de estos muchachos, que no se rinden a las condiciones del tiempo ni a la precaria situación en que se encuentra su pista: un espacio que, dominado por los mosquitos, el hierbazal y la lejanía quita los ánimos a cualquiera. Con la ayuda económica de Red Bull y el proyecto Amigo Cuba, estos noveles, encabezados por Alex Pilar, han logrado organizar certámenes donde pueden medir la calidad de su trabajo como atletas.
Proyectos para hacer un parque nuevo y el interés de organizar un grupo han sido algunos de los reclamos de los montadores al Instituto Cubano de Deporte y Recreación (INDER) ante la prerrogativa de encontrarse ya con una base sólida en la práctica.La pista, ubicada en el habanero “Parque de 26”, es un espacio muy deteriorado que ha podido salir a flote gracias a la reconstrucción y contribución de no pocos interesados en que este deporte se registre e institucionalice.No obstante, el INDER se ha hecho de oídos sordos o ha respondido con escasas migajas a las necesidades de ellos.
La certeza de que el BMX puede constituir en Cuba más que un simple hobby se torna aplastante (siempre y cuando se reconozcan a sus atletas como profesionales). En tanto ese momento llega, los montadores de BMX seguirán dando de qué hablar en una sociedad cubana que los tilda de “locos” -por los golpes-. A eso, ellos responden: “cuando no te das ninguno quiere decir que estás haciendo el truco bien”.
