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lunes, 23 de octubre de 2017

China: un gigante que desea comerse el mundo

Por Mgo87

Estados Unidos y la Unión Europea miran con temor el ímpetu que ha caracterizado a China en los últimos tiempos, en relación a las inversiones que en el exterior tiene el gigante asiático, y que siguen creciendo en números. El giro económico del gobierno chino tuvo lugar en 1999, bajo el lema “Going global”, con el cual incentivaba a sus empresas a realizar inversiones en otros países, en otros mercados, aprovechando las ventajas de la globalización. Es así como en el pasado año, compañías chinas realizaron inversiones en 7.961 empresas de 164 nacionalidades diferentes. No hay dudas de que el gigante asiático planea tener mayor presencia en la economía global.

Jonathan Shi, responsable de banca de inversión de Alantra, en China, explica que los grupos locales buscan acceder a nuevos mercados, y lo pretenden hacer principalmente en el sector tecnológico, en el del consumo y distribución, y el de los negocios. Si bien en un primer momento el interés estuvo en objetivos vinculados con la energía y los recursos naturales, ubicados especialmente en el continente africano. En el caso del sector tecnológico, el déficit de China en lo concerniente a tecnología digital, lleva a sus compañías a comprar empresas occidentales que los ayude a mejorar la producción industrial.

Europa y Norteamérica son las regiones que más acaparan las inversiones chinas. En el primer caso se destinaron 46.000 millones a adquirir empresas en 2016, el doble que un año antes; mientras que en Estados Unidos y Canadá la cifra fue de 48.000 millones, con un incremento interanual del 189%. Dentro del Viejo Continente, los países que constituyen destinos favoritos para las inversiones chinas son Alemania, Reino Unido y España. Este último país, aunque está lejos de su potencial por el tamaño de la economía, ya constituye el séptimo mercado del dinero asiático. Entre las compañías que han caído en las redes chinas destacan la más reciente adquisición de la multinacional química suiza Syngenta por parte de ChemChina, pero la lista es mucho más larga.

Pero el ímpetu y la fuerza de las inversiones exteriores emitidas por China ya están encontrando más puertas cerradas, por parte de los gobiernos de Europa y Norteamérica. Las autoridades de estas regiones ya han bloqueado varias adquisiciones, fundamentalmente en el sector tecnológico, y para ello han puesto como argumento motivos de seguridad nacional. La barrera más reciente la puso la puso el Ejecutivo alemán para que el fabricante de microchips Aixtron no pasara a manos del grupo Fujian Gran Chip Investment. El cierre de las puertas a los mercados europeos y norteamericanos tiene que ver, entre otros factores, con la promesa no cumplida por el gobierno chino en cuanto a la mayor apertura de sus mercados. Sin embargo, amén de las barreras impuestas en varias zonas del mundo, el desembarco chino en las inversiones extranjeras sigue con gran fuerza y no abandonará su empeño de comerse al mundo.