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miércoles, 25 de octubre de 2017

Trump no tiende la mano y Puerto Rico se hunde

Por LauraB

Un mes ha pasado desde que el huracán María azotó la isla de Puerto Rico. La lenta respuesta por parte del gobierno federal de Estados Unidos ha mellado en el propósito de levantar ese país caribeño. Los ciudadanos del Estado Libre Asociado de Estados Unidos siguen batallando para intentar salir adelante luego de la devastación en la que quedó el país. Muchos culparon a la administración del presidente Donald Trump de haber ofrecido una respuesta que no era la que se esperaba para casos como estos. El débil sistema económico y financiero de la isla junto a los graves daños a la infraestructura eléctrica, de comunicaciones y etc, fueron los ingredientes de la crisis en Puerto Rico.

La ayuda para la recuperación de Puerto Rico fue muy criticada por varios sectores dentro y fuera de la nación caribeña. La mala suerte se le unió el paso días antes del poderoso huracán Irma que devastó el país también. Con la llegada de María, abrió 500 albergues de emergencia. Muchos no fueron para estos centros hasta que la situación climatológica empeoró. Cerca de 15 mil personas fueron evacuadas. 

La devastación tras el paso de los meteoros sacó a flote la precaria red eléctrica; la principal compañía informó que cerca del 97 por ciento de las personas se quedaron sin ese servicio durante Irma, y el María dejó 13 fallecidos en la isla. 

Otra cuestión que afloró tras el paso de María fue la relativa al estatus político del país. La mitad de los puertorriqueños está pidiendo la independencia de Estados Unidos. La otra se divide entre los anexionistas y quienes prefieren conservar su estatus. Lo que sí es cierto en esta oportunidad es que la devastación y la necesaria ayuda para levantarse está replanteando la conexión entre Washington y San Juan. Los fondos liberados por Estados Unidos hicieron que la Junta de Control Fiscal, entidad que sigue en las negociaciones de la astronómica deuda pública, cuestione la manera en la cual se usa el dinero.

Asimismo, la Casa Blanca envió fondos para subsidios, asistencia y ayuda humanitaria para poner en proceso la recuperación de lo que queda. Esto es interpretado o, algunos ciudadanos puertorriqueños interpretan y mezclan el asunto con cuestiones de soberanía. Otros, al contrario estiman que su estatus de territorio asociado a la nación norteña les permite una mejor, rápida y efectiva recuperación ante la ayuda del gobierno federal. Existe otra corriente, la de quienes aprovechan este momento difícil para exigir la anexión como el estado número 51 de la Unión. Lo cierto es que el malestar es muy grande.