¿Un Lula sin Brasil?
Nunca antes en la historia política de Brasil un gobernante había alcanzado tanto apoyo. Se trata de Luiz Inácio Lula da Silva, un obrero metalúrgico que se convirtió en presidente del país más grande del Sur americano tras cuatro intentos. Querido por su aliados y respetado por sus detractores, a Lula - que en portugués significa "pulpo" - le han armado de todo para evitar una eventual candidatura suya en las elecciones presidenciales del año próximo. Desde ahora muchos analistas señalan que una carrera presidencial sin Lula sería un factor agravante a la crisis política en la que se encuentra el país.
Como sabemos el actual panorama fue desencadenado tras el golpe de Estado contra la mandataria electa constitucionalmente y representante por el Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff.
A ello se le sumó un proceso viciado de penas contra Lula, uno de los líderes y fundadores del PT de orientación de centro izquierda. El propio dirigente denunció en varias plataformas que es víctima de persecución judicial porque las élites políticas brasileñas no lo quieren de vuelta en el Palacio de Planalto. La condena contra Lula fue la primera hecha contra un alto funcionario del gobierno en el país. El ex jefe de Estado fue condenado a nueve años y medio de cárcel por corrupción y lavado de dinero.
El objetivo de la pena era tambalear su caudal político. Sin embargo, no lo derrumbaron tanto así que está pensando en presentarse a las elecciones.
El ex presidente (2003-2010) podrá apelar el fallo sin ser tener que pisar la cárcel por su condición de haber liderado los destinos del país. Un juez federal determinó que Lula recibió cerca de un millón de dólares en sobornos de la empresa constructora OAS al remodelar un apartamento tríplex en el litoral de São Paulo. En el trasfondo se trata de inhabilitarlo políticamente para evitar una eventual presentación suya a la contienda electoral post-juicio político contra su mentora política Dilma Rousseff.
Lula vio en la condena una oportunidad para ubicarse dentro del imaginario popular brasileño y aumentar su presencia e intención de voto. Es por ello que realizó una gira política por el país para medir el nivel de popularidad de la base. El mandato de Lula estuvo favorecido por una bonanza económica que permitió ejecutar planes de gran impacto social en Brasil. Con Lula casi 20 millones de brasileños salieron de la pobreza, las regalías por los contratos petroleros del presal se destinaron a sectores históricamente olvidados.
