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domingo, 17 de diciembre de 2017

Adiós al ex monarca más anciano de Rumanía

Por RaizaM.

De los reyes de la Europa Oriental que perdieron sus tronos a raíz de la II Guerra Mundial, Miguel I de Rumanía era el más anciano. Fue quien más tiempo reinó, el último que perdió el trono y uno de los sobrevivientes de esa guerra. Miguel I ha fallecido en su residencia privada de Suiza a los 96 años de edad, tras empeorar en los últimos días su estado de salud, muy frágil.

Según publican los medios del país, sus restos mortales serán trasladados en un avión del Ministerio de Defensa al Castillo de Peles, un palacio situado en Sinaia, Rumania, para ser velados en el Salón de Honor. Después será llevado al Palacio Real en Calea Victoriei en Bucarest, en donde permanecerá dos días en el Salón del Trono.

A principios de 2016 le diagnosticaron un cáncer de piel que le obligó a abdicar sus responsabilidades en su primogénita, la princesa Rumanía, desde entonces custodia de la Corona.La misa del velatorio tendrá lugar en la Catedral Patriarcal de Bucarest, mientras que el entierro será en la nueva Catedral Ortodoxa de Curtea de Arges, en las afueras de la capital rumana.

Era tataranieto de la reina Victoria de Inglaterra, como Don Juan Carlos, Doña Sofía, Margarita II de Dinamarca, Harald V de Noruega, Carlos XVI Gustavo de Suecia o Isabel II de Inglaterra y su marido el Duque de Edimburgo, en cuya boda en 1947 conoció a su esposa y prima Ana de Borbón-Parma, fallecida el pasado año.

Su reinado, o mejor dicho la primera parte de este, fue breve, tan sólo duró tres años. El tiempo justo, sin más ni menos, que tardó su progenitor en regresar decidido a recuperar el trono que había perdido. Miguel de Rumanía, pasó de ser el Rey a convertirse en el heredero al trono. Tras formarse durante su juventud, fue testigo de cómo el país caía en una etapa de decadencia social, bélica y política que obligaron al entonces Rey Carlos II a abdicar en su hijo.

Este monarca ejemplar, valiente en los difíciles trances que sufrió, amó a su patria a la que intentó volver en varias ocasiones -sufriendo arrestos y deportaciones- hasta que lo consiguió en 1992, en una visita tan multitudinaria que asustó a un gobierno temeroso de la popularidad del anciano rey. Su feliz y armonioso matrimonio, de puro estilo dinástico, dio cinco hijas: Margarita, Elena, Irene, Sofía y María.