Las pensiones en España: ¡Patada y adelante!
El secretario de Estado y Presupuestos, Alberto Nadal, afirma que las pensiones están garantizadas y nunca se privatizarán. De este modo, el Gobierno emitirá deuda pública a partir del momento que se agote el Fondo de reserva de la Seguridad Social, presumiblemente a partir de 2018. En el último mes, el Ejecutivo ha recurrido a dicho Fondo en dos ocasiones para extraer 10.434 M€ en concepto del pago de IRPF de los pensionistas y hacer frente a la paga de Navidad. Actualmente el Fondo cuenta con unos recursos de 15.020M€.
Confiar el pago de las pensiones de los españoles a la emisión de deuda pública por parte de un Estado que ya está quebrado, es poner el ahorro público de los ciudadanos españoles en mano de los mercados financieros. Si a esta fórmula además se le añade el agravante de que la única reforma constitucional ha sido para establecer que las deudas de los acreedores (incluidos los bancos españoles) se han de pagar antes de las partidas de gastos corrientes de los españoles, pues ya puede uno predecir lo que va a pasar dentro de unos años.
En un escenario de subida de tipos, con precios de petróleo alto y menos tirón del sector turístico, sin haber hecho un cambio real en el modelo productivo del país, y sin haber reducido de forma significativa el coste de la Administración Central del Estado, España tendrá que emitir deuda a unos intereses con una prima de riesgo tan elevada, que simplemente el mercado no se la comprará y por tanto no se podrán pagar las pensiones.
Es difícil de entender cómo un Estado que debería ser garante de los derechos y las libertados de todos los ciudadanos a los que éste ampara, pueda estar tan errado de forma sistémica en la toma de sus decisiones. Sólo los hombres y mujeres de Estado son los que están por encima de las inercias de los presupuestos adaptativos, y son capaces de cambiar el devenir habitual de los acontecimientos. Estos son los hombres y las mujeres que nuestro sistema político español no genera, y por tanto, a menos de que haya una verdadera revolución en la política española, las pensiones están destinadas a privatizarse como única solución final.
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