Los Demócratas quieren venganza
La administración de Obama está a punto de anunciar una serie de medidas para castigar las interferencias de Rusia en las elecciones norteamericanas. Y es que los Demócratas no están muy contentos con Moscú, quizá porque los hackers rusos que airearon trapos sucios de su candidata pudieron influir en su derrota electoral. Estados Unidos planea castigar al Kremlin con “sanciones económicas” y “censura diplomática”, reveses que Rusia encajará como los que ha ido recibiendo por su actuación en Ucrania: con indiferencia. Aunque los detalles del castigo no están del todo definidos, sí que está clara la intención de aplicar medidas, no solo punitivas, sino también preventivas de cara al futuro.
A lo largo de esta semana Rusia conocerá más detalles sobre el regalo de Navidad que le envía la Casa Blanca. El equipo de Obama lleva varios días debatiendo el asunto. Un grupo de hackers rusos robó varios emails del Comité Democrático Nacional que se publicaron meses después en WikiLeaks. Pasó lo mismo con los emails del jefe de campaña de Hillary Clinton, Jonh Podesta. A los Demócratas les encantaría que Barack Obama aprovechase sus últimos días como Presidente para castigar la insolencia de Rusia: sospechan que cuando el presidente electo, Donald Trump, se mude a la Casas Blanca, hará caso omiso del ataque cibernético que presuntamente le catapultó a la cima.
¿Es posible castigar a los hackers? El Congreso de Seguridad Nacional dijo que no se podría aplicar ninguna sanción particular por dos motivos. En primer lugar, el ataque ha de dañar una infraestructura crítica, y de momento, el sistema electoral norteamericano no lo es. En segundo lugar, las sanciones están previstas para el robo de secretos comerciales, y tampoco es el caso. La pregunta del millón es, ¿habría ganado Donald Trump si Rusia no hubiese interferido?