Buenas noticias: algún día el analfabetismo será historia
La semana pasada veíamos como la tasa de pobreza mundial se había reducido drásticamente en los últimos dos siglos. ¿Qué hay del alfabetismo? Parece que la educación sigue las mismas pautas que el desarrollo económico de la sociedad. Si bien queda aún mucho por hacer, si miramos atrás veremos cuán grande ha sido el salto que ha dado la humanidad en los últimos 200 años.
En el pasado, solo una pequeña élite sabía leer, unas habilidades estrechamente relacionadas con la riqueza familiar. Las personas de estratos más humildes no tenían las mismas posibilidades que ahora, puesto que ya desde niños tenían que colaborar con el mantenimiento familiar. En las últimas décadas la filosofía y las políticas de la educación han dado un giro importante, incluso en los países desarrollados donde, por ley, se regula una educación básica obligatoria.
Si en 1820 tan solo un 10% de la población era sabía leer y escribir (como mínimo), hoy día el 85% de la población tiene acceso a las escuelas y centros formativos. Las personas mayores son, mayoritariamente, el núcleo de este 15% restante que no tiene conocimientos necesarios para leer y escribir. En números absolutos se traduce así: en 1800 tan solo 120 millones de personas en todo el mundo eran alfabetos. A día de hoy, las personas con esta habilidad son 6.2 billones. La reducción de la pobreza, el mayor reparto de los bienes, la ciencia, la tecnología y la libertad política han logrado cambios que merecen un buen aplauso.