En el fútbol también hay racismo
Everton Luiz, del Partizan de Belgrado, se vio humillado en el partido contra el Rad Belgrado, ya que durante el partido los hinchas del equipo local no pararon de lanzar comentarios racistas en contra del jugador brasileño, que acabó abandonando el campo de juego sin soportarlo más entre lágrimas. Se ha condenado desde el Partizan este comportamiento, ya que a estas alturas este tipo de comentarios están fuera de lugar y no se deberían permitir bajo ningún concepto.
El Partizan ha querido mostrar todo su apoyo al jugador con el siguiente comunicado: "Apoyamos totalmente a uno de los mejores jugadores del club, Everton, quien se ha ganado los corazones de los aficionados durante su estancia en Serbia el pasado año". El jugador tuvo que aguantar que desde la grada se le llamase despectivamente "mono" cada vez que tocaba el balón y el jugador de impotencia al final del partido no pudo evitar romper a llorar: "No pude contener la lágrimas porque tuve que hacer frente a los insultos racistas desde el campo de juego durante 90 minutos (...) Incluso me impactó la actitud de los jugadores adversarios en lugar de calmar la situación".
Cuando el árbitro pitó para indicar el final del partido, Everton se acercó a la grada y utilizó un gesto con su mano en señal de desprecio hacia esos comentarios, el equipo contrario se sintió ofendido por su gesto y se encararon con el jugador, teniendo que intervenir la policía para evitar que la situación empeorase. Tras los hechos, esta situación no puede quedar así, por lo tanto, Vladimir Bulatovic, el presidente de la Liga de Fútbol de Serbia ha suspendido el estadio del equipo local para que esta situación no quede impune. Este tipo de comportamientos violentos y racistas no debería tener lugar en ningún campo de juego, ya que el deporte transmite otro tipo de valores que no cuadran con estos.