Microchips en el organismo: el Internet de las cosas
Una empresa belga ha implantado en el organismo de varios empleados suyos microchips del tamaño de un grano de arroz con el que pueden controlar el acceso a espacios o a sus propios dispositivos electrónicos. La empresa ha querido comenzar a probarlo y han indicado que es totalmente voluntario, así con esta nueva prueba se da un paso más en el Internet de las cosas y aunque tenga muchos detractores esta proposición, lo que pretenden con ello es facilitar el día a día de sus trabajadores.
Tim Pauwels, el socio-director de "New Funtion" ha querido aclarar que no pretenden controlar a sus trabajadores y privarles de su libertad, simplemente que hagan funciones sencillas casi sin pensarlo: "No somos Gran Hermano y no podemos rastrear a nuestros empleados con el chip. Es sólo una manera más fácil de abrir las puertas o acceder a tu ordenador. Es completamente voluntario". Aun así muchas personas tienen miedo a dar este paso ya que supone llevar un chip en su propio organismo al servicio de la tecnología, la misma, que está al servicio de los gobiernos y la economía.
El chip es del tamaño de un grano de arroz y se introduce bajo la piel de los empleados, tal y como se hace con las mascotas con su chip de identificación. Estos chips guardan información personal para identificarles y así que ciertos dispositivos les reconozcan para que puedan acceder a ellos. Además, Pauwels ha comentado que el empleado que no quiera implantárselo bajo el organismo puede llevarlo en otro tipo de objetos como anillos o brazaletes: "Los que no quieren el chip pueden utilizar la tarjeta. Algunos de nuestros empleados, especialmente mujeres, usan un anillo o un brazalete con la misma tecnología dentro". Supone un gran avance que emociona a algunos y asusta a muchos por sentir que están dando su información personal a la tecnología.