El Real Madrid reacciona y mantiene el liderazgo
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Con polémica y dudas, el Real Madrid volvió a acudir a la épica este domingo en La Cerámica para derrotar 2-3 al Villareal y mantener su liderato de un punto sobre el Barcelona, con un partido menos. Todo parecía desmoronarse para Zidane y sus chicos en una noche aciaga. La tropa dirigida por Fran Escribá tuvo una primera parte de franco dominio en su estadio, luego de que los blancos arrancasen intensos y tuviesen las suyas, pero sin una continuidad y protagonismo en su medio centro que denotasen ideas claras en el ataque.
Aun cuando no pudo concretar en 45 minutos, el Villareal dejó entrever en todo momento que podía imponerse a un equipo todavía tocado por el resbalón sufrido en Mestalla, y así fue. En el segundo tiempo, Castillejo aprovechó con más contundencia el agujero que había detectado en la zaga madridista por las continuas subidas del intenso Marcelo, lo que sumado a la eficacia en el toque de las asociaciones entre Bruno, Trigueros y Dos Santos, terminó por dar frutos. Primero una volea de Trigueros en el 50´ y seis minutos después un disparo ajustado al poste de Bakambu para vencer a Keylor, tras deshacerse de Ramos en la carrera por el balón en profundidad de Bruno, dieron una aparente cómoda ventaja al submarino amarillo.
Sin embargo, presagiándose lo peor y con todos los ojos del mundo encima, Zidane decidió hacer un cambio, a la postre clave. Sacó al talentoso Isco al terreno por Casemiro y a partir de ese momento el juego merengue se asemejó más al fútbol que todos sus seguidores reclaman. Se inició entonces la remontada de líder, marcada por tres actos claves, uno de ellos muy polémico. El primero empezó en el propio Isco, que abrió desde la frontal del área a Carvajal por derecha para que este centrase y encontrase la cabeza de Bale en el 64´, justo un minuto después de que Cristiano hubiese desaprovechado una ocasión golpeando en el poste. A partir de ese gol, el dominio fue blanco y en el 74' sobrevendría la polémica, con un penalti magistralmente cobrado por el 7 merengue, pero inexistente y mal pitado por Gil Manzano.
Cierto es que en un rebote el balón rozó la mano de Bruno, pero la involuntariedad de este contacto exime de pitar pena máxima. De ahí que La Cerámica estallase por la decisión arbitral y los ánimos se caldeasen, al punto de que Escribá acabó expulsado. Con el empate en el marcador y la superioridad anímica, física y táctica del Madrid, 15 minutos se mostraban como suficientes para que el asedio blanco concluyese en una remontada de líder. Así, en el 83´ Álvaro Morata, en sustitución del inconstante Benzema, burló al portero suplente del Villareal con un cabezazo a centro de Marcelo, para mantener a su equipo en lo alto de la tabla y rescatar tres puntos que deben poner al líder a replantearse muchas cosas.
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