El Real Madrid B hace gala de buen fútbol y el Barça condena al Osasuna
La jornada 34 de La Liga Santander dejó imágenes muy buenas de los dos equipos que porfían por el título, Real Madrid y Barcelona. Este miércoles ambos encaraban sus primeros compromisos domésticos después del Clásico del domingo y estaba por verse cómo gestionarían la tensión de estar empatados a puntos, faltando solo cinco choques, seis en el caso de los merengues, para el pitazo final de la temporada.
Pues bien, el mensaje de los dos conjuntos fue claro y contundente. Ninguno piensa ceder de cara al final y todo dependerá de que un tercer equipo logre arrancarles puntos vitales para sus pretensiones de campeonato. Para demostrar su punto, las dos escuadras apelaron en gran medida a sus banquillos. Frente al Deportivo en Riazor, Zidane alineó un equipo totalmente diferente al que disputó el Clásico. Solo repitieron Nacho y Marcelo, quienes junto a Isco, James, Asensio, Morata, Lucas Vázquez, Kovacic y compañía dieron un verdadero recital de fútbol a los coruñeses, muy superior incluso a las mejores actuaciones que se les recuerde a los titulares este año.
Ese llamado Real Madrid B o de segunda línea, ya va demostrando en varias jornadas que puede disputarle incluso la letra y la titularidad al otro, al de la BBC y las alineaciones por decreto. Venció con firmeza por 6-2 al Depor, un marcador que resulta injusto por cuanto las ocasiones de gol y la calidad de juego rebasaron en mucho a las anotaciones conseguidas, una de ellas incorrectamente anulada a Morata.
Ya lo decía Isco en el postpartido. El Real Madrid tiene 23 titulares más que un equipo B, y todos están enchufados y comprometidos hasta el final de la campaña. Lo polémico del asunto, para Zidane y la afición, es que muchos de los integrantes de la llamada segunda línea aparentan estar en mejor estado de forma y tener más para ofrecer sobre el césped que los de la primera. Quizás los mejores ejemplos sean Isco y Asensio, que están realmente desbordados y son definitorios en cada una de sus recientes apariciones. Por tanto, hasta el final de La Liga el míster tendrá siempre dolores de cabeza por ver a quién alinea, sin que ello se traduzca en disgustos o stops al estado de forma de ningún jugador. Hasta ahora lo ha podido gestionar muy bien, pero los partidos que restan son cruciales para las aspiraciones al título.
De forma similar a ese entonces mal llamado Madrid B, también con un número elevado de suplentes, el FC Barcelona hizo su tarea y previo al choque en Riazor goleó por 7-1 al Osasuna, al que condenó irremediablemente al descenso. Fueron varias las noticias gratas para el conjunto blaugrana en el encuentro. Su estrella principal, Messi, sigue encendido y liderando con efectividad el juego, y dos necesitados de confianza, André Gomes y Paco Alcácer, vieron puerta por partida doble y se acoplaron con calidad al esquema de juego. Por si fuera poco, Mascherano, desde el punto de penal, logró su primer gol en el club, para el cual fichó en 2010. Todo alegría y felicidad en el equipo culé, para poner la presión mayor en el lado del eterno rival.