España es tercera de la UE en pobreza infantil
España es el tercer país de la Unión Europea en pobreza infantil. Así lo constata un informe de la Unicef, que plantea que la nación ibérica tiene una de las tasas más altas de ese indicador general en el bloque comunitario y que igualmente ocupa el tercer escaño tanto en pobreza relativa como en anclada.
De acuerdo con el documento, dado a conocer por la entidad este pasado Miércoles en un comunicado, la pobreza infantil en España alcanza a cerca del 40% de los niños. Creció un total de nueve puntos porcentuales entre 2008 y 2014, el período analizado, y en ese ranking negativo solo es superada en la UE por Rumanía y Grecia. La investigación, cuyos resultados son recogidos en el informe de Unicef, estudió la pobreza infantil en los países ricos y cómo han influido en este indicador la crisis económica y las políticas de austeridad implementadas para hacerle frente. Con ese objetivo, bajo la categoría de “pobreza anclada” se evaluó cuánto mejoró o empeoró el bienestar del citado segmento poblacional en términos reales, a medio y largo plazo. Para ello se fijó la línea de pobreza en un año concreto, 2008, y se estudió su evolución en los seis años siguientes.
En el caso español, de acuerdo con el estudio, al término del período la pobreza “anclada” alcanzó a casi el 40% de la población infantil. Esto representa un crecimiento hasta 2014 de un 9% con respecto a 2008 y revela otros fenómenos sociales lamentables como el crecimiento de la inequidad, puesto que, aunque la pobreza infantil aumentó en sentido general, su mayor crecimiento se produjo en las familias más pobres.
Para Unicef, esto puede deberse a la “poca capacidad” que las políticas españolas de respuesta a la crisis “han tenido para atajar la pobreza infantil”. “El conjunto de las políticas de protección social está muy fragmentado, poco orientado a los niños y resulta poco equitativo”, subraya la organización internacional en su comunicado, donde además propone instrumentar una prestación por hijo a cargo “mucho más generosa” y que abarque a un colectivo más amplio, que puede ser incluso universal, tal y como ha sugerido su Comité Español desde 2014. Ello significaría, de acuerdo con la Unicef, mejorar la “escasa protección social a la infancia” en España, lo que a su vez permitiría enfrentar de mejor forma todos los fenómenos sociales negativos que de la pobreza infantil se derivan.