Irina Shayk luce cuerpazo tras su embarazo
La modelo rusa Irina Shayk ha colgado en las redes sociales una fotografía de ella misma donde luce cuerpazo tan solo dos semanas de dar a luz a su primera hija. La maniquí ha sido madre junto al actor estadounidense Bradley Cooper en Malibú (Estados Unidos). Aunque no se supo de su embarazo hasta pocos meses antes de dar a luz, la modelo ha querido demostrar ahora que no ha perdido sus medidas y que está más que lista para volver a las pasarelas.
Dicen que las modelos no son de este mundo. Esa altura, esos cuerpos y esas medidas tan perfectas no pueden ser normales. Son como ángeles caídos del cielo. El Olimpo de la belleza les reservó un lugar y nada va a arrebatárselo. Ni siquiera un embarazo. Por esa naturaleza divina o por sus esfuerzos físicos, está claro que sus cuerpos tiene la capacidad de mantenerse en unos estándares que para la mayoría de los humanos no son normales y son, incluso, inalcanzables. De sobra es conocido que durante la espera de un hijo las madres tienen a coger un par de kilos pero parece ser que esto no afecta a las maniquíes. Y, en caso de que sus esbeltos cuerpos carguen algún que otro gramo de más, las modelos no tardan más que un par de semanas en deshacerse de ellos. Así, como por obra de magia. No hay más que ver a Irina Shayk.
La modelo rusa ha sido la última en unirse a la lista de mamás milagro que no tardan en recuperar su figura tras el parto. Muestra de ello es la foto que la propia Irina se ha encargado de subir a las redes sociales. En ella la modelo aparece en biquini bañándose en la piscina en un posado que tiene de todo menos natural pero que da muestra de su increíble silueta. Su hija Lea, fruto de su relación con el actor Bradley Cooper, el tercer mejor pagado del mundo, llegó al mundo hace tan solo dos semanas pero su madre está de sobra lista para volver a las pasarelas cuando se la necesite. La ex del delantero del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, parece haber encontrado la estabilidad junto al actor estadounidense con quien, según la sortija que luce en su mano, podría estar comprometida.