El MI5 investiga cómo reaccionó ante los avisos sobre el terrorista
El servicio de espionaje interior británico ha decidido poner en marcha una investigación para evaluar cómo se actuó tras las denuncias sobre Salman Abedi, el terrorista que hizo explotar un artefacto el pasado lunes en el Manchester Arena. Los avisos sobre el peligro que podía acarrear habían llegado al MI5 de parte de ciudadanos anónimos pero los servicios secretos defienden que no tiene capacidad para seguir a todos los posibles terroristas.
Ya ha pasado una semana desde que el pasado 22 de mayo un suicida hiciese explotar un artefacto de fabricación propia a la salida de un concierto de la cantante estadounidense Ariana Grande. El resultado fueron 22 víctimas, entre las cuales había menores de edad, y otros 64 heridos. Reino Unido decidió entonces elevar la alerta terrorista y la primera ministra británica, Theresa May declaró el estado “crítico” ante el miedo inminente a un atentado. Pero, como se ha dicho, de eso ha pasado ya una semana. Ahora, ha sido la propia May quien ha vuelto a rebajarlo a “grave”, donde se considera “probable” la posibilidad de ataque.
14 han sido los detenidos en suelo británico por este episodio. El último se ha registrado a primera hora de este lunes en Shoreham-by-Sea, en el condado de Sussex. Todos ellos han sido llevados a instancias policiales por considerárseles presuntos implicados en el atentado que perpetuó el pasado lunes Salman Abedi sobre el que los servicios de espionaje interior británicos, conocidos como MI5, habían recibido varios avisos sobre la peligrosidad del joven. El por qué se ignoró esas advertencias es la cuestión que ahora trata de resolver el mismo MI5 quien ha abierto una investigación sobre la misma entidad. Profesores, compañeros de universidad y líderes religiosos dan cuenta del descontrol, radicalidad y peligrosidad de su pensamiento. Abedi llegó a ser echado de la mezquita de Didsbury, a las afueras de Manchester, por uno de los imanes quien le denunció por su ideología extremista.
Pero desde los servicios secretos se achaca la falta de recursos como pretexto para no poder investigar de forma exhaustiva todas las denuncias que reciben. En más de una ocasión dichos servicios han denunciado que no cuentan con personal suficiente para seguir a los 3.000 sujetos de alto riesgo incluidos en la lista de sospechosos y otros 20.000 calificados de menor riesgo.
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