Putin y Macron: ¿excesivamente francos?
No importa que Putin haya recibido a la competencia de Macron (Le Pen) con puertas abiertas, ni que en su propia cara le reconozca que “su punto de vista no carece de sentido”. No importa que el mandatario ruso sea acusado de atacar cibernéticamente al menos 4 mil veces al proceso electoral francés, no importa, aún así, el joven mandatario le ha invitado a sentarse en su propio patio a charlar sobre el mundo. Y Putin aceptó.
Tras casi una hora de conversación, ambos políticos ofrecieron una rueda de prensa en tono cauteloso, consientes de que cada detalle, gesto o palabra estaba siendo calculado. Macron no tuvo pelos en la lengua: “Discrepamos en un número de cuestiones, pero al menos hablamos de ellas”. Y sin dudas, también Putin reafirmó: “Creo que hemos hablado de todo”. En ese “todo” se incluyen el uso de armas químicas en la guerra de Siria, el cumplimiento de los acuerdos de Minsk sobre la paz en Ucrania, la situación de las minorías sexuales en la república rusa de Chechenia, y la prevalencia del terrorismo. Sobre este último ahondaron en el debate, más allá del bloque liderado por los Estados Unidos con el Estado Islámico, Macron y Putin colegiaron la creación de un grupo de trabajo para combatir el terrorismo. Francia ha sido golpeada particularmente por los yihadistas, hace pocas semanas el ataque a París removió las cimientes del mundo.
Buscar enfoques comunes a los aspectos problemáticos en el mundo de hoy fue objetivo del encuentro. Algo así como una evaluación psicológico-política uno del otro, tantear terrenos desconocidos para saber “con quién estoy tratando”. Macron no se limitó en exponer sus criterios nefastos sobre Sputnik y Russia Today, dos medios que responden a los intereses del gobierno e hicieron campaña en su contra, por eso confesó haberlos excluido de su gira presidencial. Putin por su parte en tono marcadamente molesto, espetó que las sanciones contra su país “no contribuirán de ninguna manera a arreglar la crisis ucraniana”.
Si fueron estas las expresiones puertas afuera, qué quedará para dentro, se cuestionan muchos. Pero mejor colorado una vez, que rosado cien veces, reza el proverbio popular, así que quizás las fricciones hayan llegado a su fin, o al menos, pueda iniciarse entre ambas naciones un camino, aunque pragmático, de diálogo y entendimiento.
