Theresa May, inglesa en estado puro
La primera ministra británica, Theresa May, anunció ayer que si gana las elecciones generales del próximo 8 de junio doblará la cantidad actual que los empresarios británicos paguen por tener que contratar un trabajador de fuera de la Unión Europea, hasta 2.000 libras esterlinas. El mensaje pretende captar parte del electorado de los partidos anti europeísta y forma parte del objetivo general de reducir la inmigración neta a casi un tercio de los niveles actuales. Reino Unido endurece su mensaje antiinmigración y se posiciona de forma abierta por un control total de la inmigración, que reconoce que es uno de los males que ha de gestionar para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
En el Reino Unido los datos del mercado laboral mantuvieron un tono positivo: la creación de empleo se elevó hasta las 122 mil personas en los últimos tres meses lo que derivó en una bajada de la tasa de paro (ILO) de una décima hasta el 4,6%. Mientras los datos de empleo y crecimiento apoyen al ciclo político británico, sus mandatarios podrán seguir lidiando las negociaciones del Brexit. Pero un giro inesperado en la economía del Reino Unido podría poner en jaque todo el discurso utilizado por los partidarios del Brexit y volver a agrandar las tensiones territoriales con Escocia, que por el momento aguarda a conocer los resultados de las próximas elecciones.