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domingo, 25 de junio de 2017

Alé de Basseville, la lente que desnudó a la primera dama de EEUU

Por G_nkerbell

Algunas de las fotografías realizadas por de Basseville fueron publicadas en el diario The Post, y en ellas puede verse claramente el rostro de la primera dama y algunas partes de su cuerpo. Ella aparece en las imágenes de frente y a un lado, siempre con una expresión pensativa y seria y totalmente desnuda a excepción del pubis que ocultaba con sus manos. La joven Melania posó acostada en un lecho con la famosa Eriksson, que también estaba desnuda, y la rodeaba con los brazos. Reconoce de Basseville que luego de la candidatura de Trump para presidente fue contactado en varias ocasiones para el tema de dichas fotos y que lo llamó un día Rupert Murdoch, el magnate más grande de los medios en el mundo y le dijo que quería comprarlas para sus medios. Aunque las fotos en ese momento pertenecían al grupo Splash, que es de Bill Gates, él también tenía los derechos para Estados Unidos y finalmente se las vendió.

El experimentado fotógrafo Alé de Basseville proviene de una familia de la nobleza europea. Su nombre completo es Jarl Alexandre Alé de Basseville, descendiente del rey Harald de Noruega, nació en Burdeos en 1970 y es uno de los últimos herederos del linaje de la realeza vikinga, cuyas características lleva en su físico y quizás en su personalidad impulsiva. Sin embargo, de Basseville se inclinó por las artes y por el estilo de vida de los 80, por lo que se unió al reconocido Andy Warhol, con quien aprendió sobre fotografía, pintura y otras manifestaciones artísticas. Sus primeras exposiciones de pintura lo hicieron entrar al mundo de la fama con 18 años y la mayoría de sus fotos se han convertido en leyendas de la moda retro y de las revistas más reconocidas de dicho ámbito. Alé de Basseville es hoy un icono de las artes y una figura polémica con muchos conocimientos tanto artísticos como económicos y políticos.

No obstante, Alé decidió dedicarse mayormente a la fotografía, y contó a los medios la historia del tiempo en que vivió en la ciudad estadounidense de Nueva York, en 1995, y fue contratado por la revista Max para hacer fotos sensuales de dos modelos. Explica que en ese momento, solo una de ellas era reconocida, la famosa Emma Eriksson, y la otra muy bella pero no muy famosa, resultó ser Melania Trump, la actual primera dama de los Estados Unidos.

“Bueno, primero hicimos unas fotos en ropa interior con la otra modelo; de esa forma las dos se fueron conociendo. Pero yo quería sacarles una emoción especial a esas chicas. Entonces les sugerí que hiciéramos unas fotos desnudas”, manifiesta el fotógrafo y dice claramente que las jóvenes no se sientieron nuca incómodas, por el ambiente profesional que reinó en la sesión de fotos y que las imágenes quedaron tan perfectas que nunca se pensó en retocarlas.

Algunas de las fotografías realizadas por de Basseville fueron publicadas en el diario The Post, y en ellas puede verse claramente el rostro de la rimera dama y algunas partes de su cuerpo. Ella aparece en las imágnes de frente y a un lado, siempre con una expresión pensativa y seria y totalmente desnuda a excepción del pubis que ocultaba con sus manos. La joven Melania posó acostada en un lecho con la famosa Eriksson, que también estaba desnuda, y la rodeaba con los brazos.

Reconoce de Basseville que luego de la candidatura de Trump para presidente fue contactado en varias ocasiones para el tema de dichas fotos y que lo llamó un día Rupert Murdoch, el magnate más grande de los medios en el mundo y le dijo que quería comprarlas para sus medios. Aunque las fotos en ese momento pertenecían al grupo Splash, que es de Bill Gates, él también tenía los derechos para Estados Unidos y finalmente se las vendió.

Poco tiempo después también debió conversar con los abogados del matrimonio Trump, que solamente querían saber sus intenciones respecto a las fotos, pero al parecer nunca se bloquearon, pues eran una buena demostración de fotografía artística. No obstante, las controversiales imágenes causaron cierto revuelo al ser sacadas a la luz en medio de las elecciones presidenciales por The New York Post e incluso fueron usadas como armas de la oposición, por lo que de Basseville refiere que ya nunca volvería a fotografiar a la primera dama estadounidense, pues ahora tendría que hacerle un retrato solemme y nunca le ha gustado incursionar en lo políticamente correcto. Pero se puede afirmar que Melania Trump tiene la historia y probablemente la fama que no ha tenido ninguna primera dama estadounidense.