Bolivia acusará a Chile ante la OEA por el caso de los 9 detenidos
La rencilla entre Bolivia y Chile ha traspasado las fronteras de la histórica beligerancia por la salida al mar, para transformarse ahora prácticamente en un asunto de derechos humanos. La noticia, que desde marzo pasado está dando la vuelta al mundo, está relacionada con la detención de nueve funcionarios en Alto Hospicio, tierras chilenas, por militares de ese país, mientras realizaban una operación anti contrabando en la frontera. Los acusados bolivarianos se hallan en espera de juicio, y ahora su presidente ha anunciado al mundo a través de su cuenta de Twitter que este miércoles presentará una denuncia oficial contra Chile ante la Organización de Estados Americanos.
Morales catalogó este lunes como “injusta” y “violenta” la captura de los funcionarios mientras realizaban su labor. El pronunciamiento sucedió a las declaraciones del ministro de justicia Héctor Arce, quien en una entrevista con medios de prensa del Estado denunció los actos de tortura y mancillamiento a los nueve de Bolivia, injustificados incluso para prisioneros de guerra. “Los han reducido, los han obligado a hincarse, les han dado culatazos en la cara y en la cabeza, los han enmanillado en el suelo y cuando estaban enmanillados en el suelo, han disparado a derecha e izquierda cerca de sus oídos”, destacó Arce. Sin dudas, la dimensión de estos actos pudiera conllevar a una inspección internacional, que dictamine el tratamiento a los reos en suelo extranjero.
Las palabras textuales de Evo Morales fueron precisas y contundentes; no le temblará la mano al líder boliviano para lograr una justa defensa de sus coterráneos: “El miércoles, Bolivia denunciará ante la OEA injusta y violenta detención de los 9 servidores públicos que luchaban contra el contrabando”. “Se detallará: injusta detención, no otorgación de visas, expulsión y veto a periodistas; y discriminación racial a madres de detenidos”. El tercer twit del presidente, hace referencia al “hostigamiento”, las “torturas”, y “disparos de amedrantamiento” a que fueron sometidos en el acto de la detención.
El caso de los nueve ha sido objeto de tensiones entre ambos gobiernos. Inicialmente, la Cámara chilena le prohibió la entrada a un equipo del gobierno boliviano que pretendía visitar los detenidos. Pese a los argumentos de los bolivianos, la justicia chilena insiste en que existen pruebas de que los funcionarios asaltaban, estafaban y violentaban a los vehículos chilenos que cruzaban la frontera en actividades comerciales cotidianas.
La entrada de Almagro y la Organización de Estados Americanos en el conflicto pudiera tornarse de dos maneras. El uruguayo apoyar a Chile e ignorar los planteamientos del líder indígena, amigo personal de Nicolás Maduro, enemigo confeso de la organización. De ser de esta forma probablemente Bolivia se remita a otras instancias y el asunto pudiera trascender incluso a la ONU. Sin embargo, lo más inteligente sería que la OEA propusiera una mesa de diálogo, e intentara establecer un entendimiento entre los mandatarios de ambos países sobre el tema. La suerte está echada, solo resta esperar los acontecimientos de las venideras jornadas.
