Colombia no fue amistosa con España
Los pitos a Piqué, el robo del bombo a “Manolo el del bombo” y las controversias sobre el futuro de Morata o James fueron algunos de los detalles que matizaron la previa del choque entre España y Colombia en Murcia, donde al final se dio un partido que fue amistoso solo entre comillas. Los sudamericanos fueron a la postre unos visitantes hostiles y tiraron contra las cuerdas a La Roja, que estuvo muy cerca de perder su primer duelo en la era de Julen Lopetegui, salvado en el epílogo por un cabezazo majestuoso de Morata, todavía contagiado con el gen de remontadas del Real Madrid.
No fue precisamente una noche de paseo para los españoles, quienes se encontraron a un once colombiano listo para enfrentar un duelo ante cualquier otro plantel de la Conmebol y buscar un boleto al próximo Mundial. La alineación de Ospina, Davinson Sánchez, James, Cuadrado, Cardona o Falcao hacía presagiar una noche de mucho roce en la Nueva Condomina, y justo eso se vivió durante 90 minutos que dejaron un empate a dos goles en la pizarra.
De inicio, España sumó a sus violinistas de turno en cancha. Iniesta, Silva, Aspas y Koke movieron la pelota como los magos que son, y agregaron profundidad a su toque a fin de plantarse cerca de la valla colombiana, protegida por rocosos defensores armados hasta los dientes y listos para destruir cualquier genialidad que se cocinara en los linderos. Pero precisamente Aspas tuvo la visión periférica justa, y encontró un mínimo espacio en el mar de piernas por el que coló la pelota hasta los pies del incombustible Pedro, no tan mentado en el Chelsea, pero crucial con la casaca nacional.
Ya metido en el área, el canterano del Barcelona sirvió el gol a Silva, quien subió el tanto al marcador y cerró una media hora estelar para La Roja, cuyo desparpajo y perenne control desesperó a Colombia, aunque tal vez así solo la reactivó de cara al resto del encuentro. Con desventaja en los números y mucho aire en los pulmones, los cafeteros desenfundaron sus escopetas y comenzaron a inquietar a Piqué, Nacho y compañía, ya dubitativos por la inseguridad que emanaba del portero Reina.
Los peores presagios en torno a la figura del arquero de 34 años se confirmaron poco antes de llegar al descanso, cuando un colosal fallo suyo dejó el arco vacío y confundió totalmente a Azpilicueta y el resto de la zaga, que vio como Cardona remataba de forma no muy ortodoxa para colocar el empate. Ya en ese momento España había perdido un tanto el brillo y Colombia había crecido, sostenida en la intensidad de James, al 150% tras su “descanso” en las últimas fechas de la temporada con el Madrid. Suyo fue el centro medido a la cabeza de Falcao para anotar el segundo gol en el complementario, también con la complejidad de un Reina avejentado.
La diferencia en la meta cuando juega el veterano y cuando lo hace De Gea es abismal, más o menos de Nápoles a Manchester, y España lo nota, y extraña los tiempos de seguridad absoluta con Iker Casillas llevando los guantes bajo los tres palos. La suerte de los ibéricos es que se trataba de un duelo amistoso sin puntos en juego, pero bien que necesitan una recuperación urgente de David De Gea con su gastroenteritis, porque tales concesiones ante Macedonia en unos días lo pagarán con unidades que quedarán en el limbo.
Para aliviar las penas españolas, Lopetegui metió en el terreno a su segunda unidad con aires futuristas. Asensio, Deulofeu, Saúl y Morata tomaron el relevo y aportaron frescura, aunque no parecieron tener las ideas muy claras. Por eso les costó tanto incordiar a Ospina, que solo tuvo un tormento real en la segunda parte. Cuando faltaban solo tres minutos para que quedara en ocho el invicto de Lopetegui con la Roja (seis victorias y dos empates), apareció Saúl con un desborde por un izquierda y centro preciso a la cabeza de Morata, cuyo remate salió cual misil directo a las redes. Fue su tercer gol como suplente como España, su enésimo aviso de que merece ser titular en algún equipo del planeta.