El FMI advierte a Italia de sus “significativos riesgos” económicos
El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó medio punto porcentual al alza su estimado de crecimiento económico para Italia en el presente año, situándolo en un 1,3 por ciento. Asimismo, pronosticó que el índice de aumento del PIB entre 2018 y 2020 será modesto, en torno al 1 por ciento anual. Sin embargo, no todo son buenas noticias, aunque bastante discretas, para la nación transalpina. De acuerdo con el organismo internacional, en el país persisten “significativos riesgos a la baja”, que pueden contribuir a que el pronosticado crecimiento se traduzca en una importante desaceleración económica. Entre ellos destacó la fragilidad del sector financiero y bancario, la incertidumbre política y una potencial reevaluación del riesgo de crédito, como parte de la normalización de la política monetaria.
De acuerdo con los técnicos del FM, cuyas conclusiones sobre el estado actual de la economía italiana y sus proyecciones fueron recogidas en un informe anual al respecto, el país debe encarar importantes reformas estructurales, capaces de impulsar un crecimiento más sólido. Dichas reformas deben ser ejecutadas específicamente en el mercado laboral y el sistema de pensiones, y deben ir acompañadas de un minucioso proceso de saneamiento de los bancos.
Según el informe del organismo, intitulado “Artículo IV”, Italia debe instrumentar estrategias “ambiciosas y creíbles”. Ello, como única vía para reducir el impacto de los préstamos no productivos en el balance de sus entidades. En este sentido, también son recomendables las medidas encaminadas a la mejoría de la eficiencia y a la racionalización de los modelos de negocio, todo lo cual permitirá que las nuevas entidades y empresas que surjan como parte del proceso de consolidación que atraviesa el país, empiecen su obrar con un balance sano y no viciado.
Para los técnicos del organismo monetario resulta igualmente importante la búsqueda de soluciones oportunas y de bajo costo para los bancos que atraviesan situaciones sensibles. Dichas soluciones, sostienen, no deben demorar en su aplicación, puesto que ello impactaría negativamente sobre el conjunto del sistema económico, amenazando así su estabilidad. “La consolidación del fragmentado sistema bancario de Italia está prevista y puede contribuir a mejorar la eficiencia”, explica el FMI en su documento, donde además sugiere a Italia que liberalice sus mercados de productos y servicios, a fin de mejorar la autoridad para penalizar las prácticas anticompetitivas, que mucho dañan a cualquier economía. A juzgar por todo esto, las claves económicas para Italia están dadas. Resta ver si la instrumentación de las mismas no conlleva a recortes sociales y un mayor daño para los sectores vulnerables, como casi siempre sucede cuando un país adopta al pie de la letra las indicaciones del FMI y otros organismos financieros internacionales.
