El ISIS deja su sello de terror y muerte en Teherán
El grupo yihadista Estado Islámico (EI) imprimió el pasado miércoles su sello de terror y muerte en la ciudad de Teherán, donde cinco de sus militantes ejecutaron un doble atentado que hasta el momento ha causado la muerte de unas 17 personas y lesiones en otras 52. Apenas tuvieron lugar, los ataques contra el Parlamento iraní y el mausoleo de Ruholá Jomeini fueron reivindicados por la agrupación extremista, que había amenazado en varias ocasiones a la nación iraní, pero sin haber podido ejecutar acciones terroristas en su territorio hasta el momento. Según se informó el jueves, los cinco autores de los dos atentados simultáneos eran iraníes y miembros activos del EI.
Así lo reveló el ministerio de Inteligencia y Seguridad Nacional de Irán, que detalló que los atacantes se habían unido a la formación yihadista en Irak y Siria, antes de retornar a su país en 2016. En un comunicado, la institución estatal indicó que “los cinco terroristas eran conocidos. Estaban afiliados con grupos wahabíes (seguidores de una interpretación radical del islam suní) y takfiri (yihadistas) que se unieron al grupo terrorista Estado Islámico en el extranjero y estuvieron implicados en sus crímenes en Mosul (Irak) y en Raqa (Siria)”.
Los ejecutores del doble atentado, precisa el documento, habían retornado a Irán en 2016 bajo el mando de Abú Ayeshe, identificado como uno de los principales comandantes del EI, con el objetivo de atacar “las ciudades sagradas”. No obstante, sus planes fueron frustrados. “Tras la aniquilación de la red y la muerte de personas claves, incluido Ayeshe, escaparon del país”, subraya el comunicado de la cartera de Inteligencia y Seguridad Nacional iraní. Los cinco terroristas fueron abatidos por la policía en el enfrentamiento o se suicidaron para no dejarse capturar con vida. El citado Ministerio ha publicado fotos de sus cuerpos ensangrentados y revelado su identidad, pero solo por el nombre de pila, para proteger la seguridad de sus familiares. Uno de los atacantes era mujer y, según informó el presidente de la comisión de Seguridad Nacional del Parlamento, Alaeddin Boroujerdi, era originaria del sur del país, mientras que los otros cuatro procedían del oeste.
Con el doble atentado, el Daesh extiende sus alas a la capital de la nación islámica, que se suma así a una amplia lista de víctimas de la organización terrorista. El mundo entero la repudia por sus acciones, pero ello no parece importar a los extremistas, cuya única meta es seguir sembrando el caos y el terror, ahora con más fuerza que antes dado su repliegue y derrotas en los enclaves geográficos que poseía en Siria, Afganistán e Irak.
Curiosa resulta la actitud del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ante el ataque. El magnate republicano, alejado de la posición oficial de pésame que la diplomacia de su país dio a la nación persa, tachó de apoyar al terrorismo a Irán e insinuó que por ello no era tan grave que sufriera a manos de este flagelo. Su pronunciamiento fue calificado de repugnante por las autoridades iraníes, que en reiteradas ocasiones han denunciado el papel de Washington en el fomento y apoyo a organizaciones extremistas que a la postre resultaron en el EI. Polémica y diferendo EE.UU.-Irán aparte, lo cierto es que Estados Unidos, pese a liderar la coalición internacional que lucha contra el EI, no tiene autoridad moral alguna para hablar de apoyo al terrorismo. Con su injerencia en Medio Oriente y su apoyo a naciones que verdaderamente han patrocinado el terrorismo, es uno de los principales responsables del caos actual que se vive en esa fatídica región.