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domingo, 25 de junio de 2017

El trabajo infantil, una vergüenza mundial

Por LauraB

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó una guía para prevenir el trabajo infantil.  El organismo de la ONU publicó el documento a propósito de la conmemoración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil e informó que unos 168 millones de niños trabajan en el mundo, de ellos 98 millones en labores agrícolas, a menudo a partir de edades tempranas. El texto El trabajo infantil en la agricultura en contextos de crisis prolongadas, frágiles y humanitarias está dirigido a profesionales del desarrollo, responsables de la formulación de políticas y grupos de la sociedad civil que trabajan en programas de agricultura, seguridad alimentaria y nutrición.

El organismo de Naciones Unidas insiste en que el problema de los menores forzados a trabajar debe abordarse como una política de los Estados. Estima además que al prolongarse las crisis las familias no tienen manera para alimentar y proteger a los más pequeños. Ello causa un aumento de los niños obligados a trabajar como una manera a contribuir económicamente a la familia.

El subdirector general de la FAO, Kostas Stamoulis, dijo que “el sector agrícola tiene un gran potencial antes, durante y después de las crisis, para salvaguardar vidas y contribuir a los medios de subsistencia, apoyar a las familias rurales, proporcionar empleo decente y alternativas al trabajo infantil.

Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que unos 215 millones de niños trabaja en el mundo. Ese documento precisa que África subsahariana es la única región donde el fenómeno sigue creciendo. Países como Somalia, Sudán, República Democrática del Congo, Zimbawe, Burundi y Etiopía encabezan el top ten con el índice más alto de trabajo infantil. Factores como la pobreza extrema, los conflictos y la falta de voluntad de muchos de los gobiernos incrementan el problema. La mayoría de los menores hacen labores agrícolas. El servicio doméstico, las minas y la pesca también son parte del mercado laboral. Uno de los ejemplos más conocidos es el de las plantaciones de cacao en Costa de Marfil y Ghana. Compañías como Nestlé han firmado protocolos para poner fin a la esclavitud infantil en los campos de cacao.  Sin embargo, la situación continúa.El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) indica que cerca de medio millón de menores trabaja en las plantaciones de Costa de Marfil, donde se produce el 40 por ciento del cacao que se consume en todo el mundo.

Un estudio de la Tule University, a su vez, reconoce que se ha reducido, ligeramente, el número de menores forzados a trabajar en las plantaciones de cacao, pero también señala que todavía son muchas las granjas de Costa de Marfil y Ghana que utilizan menores en condiciones de esclavitud y que es muy difícil acceder a la mayoría de ellas. Una situación similar se da en las minas de coltan de la República Democrática del Congo, donde se estima que 2 millones de menores trabajan como esclavos desde la salida del sol hasta su puesta. Por lo pronto, el fenómeno no tendrá solución si no se revisan las políticas gubernamentales que en muchos casos hacen oídos sordos.