El yerno de Trump y la política estadounidense
Nuevas acusaciones recaen sobre el yerno del actual presidente de los Estados Unidos, quien no parece darse ni por enterado. Jared Kushner, empresario inmobiliario judío y consejero especial del actual gobierno -quien además está casado con Ivanka Trump, una de las hijas del presidente de los Estados Unidos - fue acusado la pasada semana de tener fuertes vínculos con el Kremlin. En concreto, se le acusa de haber maniobrado para establecer una línea segura y encubierta de comunicación con Moscú en una reunión que supuestamente sostuvo con el embajador ruso ante los Estados Unidos, Sergey Kisylak, entre el 1 y 2 de diciembre del pasado año. Estos hechos salieron a la luz debido a intercepciones de comunicación entre Moscú y EE. UU. por la inteligencia norteamericana.
Cabe recordar que este no es el primer error que se le acuña a Kushner. Como antecedentes tiene el haber instado al presidente Trump a despedir a James Comey, exdirector del FBI, lo cual terminó siendo un golpe político. Además, este ha maniobrado para que su suegro despidiera al Jefe Estratega Steve Bannon y el secretario de prensa Sean Spicer, figuras originales de la administración de Trump, debido a presunta ineficiencia laboral.
No obstante, como respuesta a esta situación, el presidente Trump expresó su apoyo a su yerno en un comunicado al New York Times, pero sin hacer mención expresa de las acusaciones. En este comunicado expresó que Kushner estaba haciendo un magnífico trabajo para el país y que tiene total confianza en él. Además, agregó sutilmente que se encontraba trabajando en programas relacionados con tecnología y paz en el Medio Oriente los cuales le ahorrarán a los Estados Unidos billones de dólares. En adición a estas declaraciones el mandatario quiso finalizar agregando que Kushner es también una muy buena persona.
Acudiendo también en defensa del joven se encuentran otras personalidades de la administración, como el Consejero de Seguridad Nacional H.R. McMaster y el Secretario de Defensa, John Kelly, quienes fueron interpelados el pasado sábado y domingo, respectivamente, y apoyaron el hecho de establecer líneas de comunicación secretas. Esas afirmaciones se sustentaron en que dichas líneas brindan discreción, privacidad y garantizan la comunicación, en especial con países no aliados, como Rusia.
Sin embargo, todas las acciones tienen consecuencias en Washington. Actualmente los demócratas liderados por Adam B. Schiff, quien proviene del Estado de California y e presidente del Comité Demócrata de la Cámara de Representantes, están presionando a Trump para que retire a Kushner el acceso a información clasificada, debido a sus probables “vínculos” con Rusia.
Otro resultado de estas recientes acusaciones es una supuesta “tensión” en la relación del presidente Trump y su yerno, que ha resultado en un distanciamiento entre ambos. Además, se especula que Trump inició un chequeo íntegro de su gabinete y piensa crear próximamente un grupo de especialistas en comunicación –y también en derecho- para afrontar más eficientemente este tipo de acusaciones. No obstante, cabe resaltar que estos supuestos no coinciden con el discurso oficial del presidente de EE. UU, pero igualmente no deberían ser desestimados, debido a que los rumores en Washington, usualmente, contienen gran parte de la realidad.
El próximo paso para Jared Kushner serán audiencias ante el Congreso, a las que deberá obligatoriamente someterse para intentar limpiar su nombre.