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lunes, 26 de junio de 2017

España: más muertes que nacimientos

Por Marta A.

Ocurre otra vez. Por segundo año consecutivo España registra mayor número de muertes que de nacimientos. Pero no es todo, pues la cifra de los niños que nacieron es la más baja de los últimos 15 años, de acuerdo con datos provisionales publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), resultado de la encuesta de “Movimiento Natural de la Población”; y que dan muestra de la “crisis demográfica en la que se encuentra España”. En el 2016 se registraron 11.906 nacimientos menos que en el año anterior, lo cual representó una caída del 2, 8 %. Vinieron al mundo 408.384 bebés, pero hubo 259 defunciones más que nacimientos; pues la cifra de fallecidos ascendió a 409.099 personas, 3,2% menos que en el 2015.

No obstante a este descenso en la mortalidad, el saldo vegetativo de la población, es decir,  la diferencia entre el número de nacimientos y el número de defunciones de una población en un determinado período de tiempo, sigue siendo negativo, como ocurre desde el propio año 2015. Las estadísticas del INE sostienen que desde el 2008, cuando se registró el máximo de nacimientos en los últimos 30 años (519.779), estos se han reducido en un 21, 4 %.

Sin embargo, según aseguró a El País Julio González, demógrafo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CISC), España mantiene una situación de equilibrio, pues el hecho de que se produzca un saldo vegetativo no es una cuestión relevante desde el punto de vista estadístico.

La traducción de este hecho está en que es un país muy avanzado demográficamente, donde las mujeres están teniendo menos hijos, apenas 1, 33 por mujer (muy por debajo de la tasa de reemplazo poblacional), y desplazan el embarazo hacia edades más avanzadas; alrededor de los 32 años, tendencia que además no es propia de España sino que es a lo que tiende hoy el mundo.

La cuestión es que disminuye la tasa bruta de natalidad (número de nacimientos por cada mil habitantes) y se reduce también la población en edad reproductiva (entre 15 y 49 años).

El 2016 fue un año de “menos”: 8,8 nacimientos por cada mil habitantes, dos décimas menos que en el año 2015; se redujeron hasta 10, 6 millones las mujeres en edad de ser madres,  tendencia que se inició desde el año 2009. La explicación que brinda el INE es que ese rango de edades está conformado por generaciones menos numerosas, nacidas durante la crisis de natalidad correspondiente a los 80 y primera mitad de los 90.

Curioso resulta la notable contribución a la natalidad de los extranjeros, que son en España el 9,5 % de la población, si bien este número está descendiendo con la crisis. Del número global de nacimientos (408.384) que tuvieron lugar, unos 75.220 fueron de madres extranjeras, lo que representó el 18,4% del total (17,9% en 2015).

Por otra parte las estadísticas dan cuenta de que la esperanza de vida al nacimiento es cada vez mayor, si bien presenta grandes diferencias entre las comunidades autónomas, y entre el norte y sur de la nación. Los valores más altos de este indicador los tiene la Comunidad de Madrid, donde las personas viven alrededor de 84,7 años, mientras que en Castilla y León, Comunidad Foral de Navarra y La Rioja la esperanza de vida es de 83,9 años. Los valores más bajos los exhiben las ciudades autónomas de Melilla (80,6 años) y Ceuta (80,9); así como Andalucía (81,9) y Canarias (82,3).

Un simple análisis de estas diferencias regionales “las mismas que hace un siglo” de acuerdo con el experto, ponen de relieve las desigualdades históricas en la capacidad socioeconómica de las comunidades.

Los datos del INE proyectan un panorama desafiante; y convidan a pensar en un panorama que actualmente compromete no solo la pirámide poblacional, sino que pone sobre la mesa de debate otras cuestiones como el mercado laboral, la sostenibilidad económica y la productividad, así como el sistema de pensiones y prestaciones. De más está decir que se trata cuando menos, del futuro del país.