Goldman Sachs da un voto de confianza a Venezuela
El gigante financiero Goldman Sachs imprime nuevos colores a la crisis económica en Venezuela, la cual atraviesa por duros momentos. Recientemente, este grupo compró bonos de la principal empresa venezolana: PDVSA. Con estas divisas, el ejecutivo venezolano prevé restituir los daños millonarios causados por las protestas armadas que llevan a cabo miembros de la oposición, en las principales plazas del país sudamericano. La decisión ha sido fuertemente cuestionada o aplaudida, depende de en qué sector socio-económico se realicen los debates acerca de la misma. Lo cierto es que esta inyección económica de parte de Goldman Sachs le da un respiro al gobierno de Maduro.
La economía venezolana atraviesa por momentos muy duros. Desde el inicio de la baja de los precios del petróleo, la estabilidad económica se vio afectada en ese país, que depende en más de un 90% de la renta petrolera. A este contexto internacional desfavorable se unen los continuos boicots económicos gestados por la derecha del país desde el interior. Este grupo, desde que tomó el control de la Asamblea Nacional, ha hecho, increíblemente, todo a su alcance para dificultar el desenvolvimiento económico de su propio país.
Recientemente se publicó una noticia que dará una válvula de escape a tanta tensión económica. Uno de los gigantes del mercado financiero internacional, Goldman Sachs, compró bonos de la principal empresa venezolana: PDVSA. La transacción -por 2.800 millones de dólares- representa divisa fresca para la economía venezolana, que recibirá de inmediato unos 865 millones. Con estas divisas, el ejecutivo venezolano prevé restituir los daños millonarios causados por las protestas armadas que llevan a cabo miembros de la oposición, en las principales plazas del país sudamericano.
La acción ha sido cuestionada en todo el mundo, pero lo cierto es que compró parte deuda de la empresa que controla las mayores reservas de petróleo del mundo y que no ha caído en cesación de pagos nunca. A pesar del actual contexto de inestabilidad existe la seguridad del pago, pues la gradual estabilización de los precios del crudo y la solvencia económica de la empresa dan señales positivas para la economía venezolana. La deuda vence en 2022, periodo para el cual la empresa habrá tenido beneficios netos que superan en decenas de veces la deuda contraída.
Pueden citarse elementos para justificar y/o criticar las recientes acciones del grupo financiero. Los que apoyan la acción alegan que en el peor de los casos los activos de la compañía son muy superiores a la deuda, por lo que la venta de un pequeño grupo de acciones solucionaría el problema. Además, existe la posibilidad que ante un casi improbable impago, la deuda sea saldada con acciones de la propia empresa. Hecho que sin dudas es muy beneficioso, pues tener una rebanada en el pastel de una empresa como PDVSA, no es, nunca, una mala inversión. En contraste, están los detractores que no confían en el actual proceso de estabilización de la cotización del petróleo y mucho menos en la pronta recuperación de la economía y la situación política en Venezuela. De igual forma, otros esgrimen argumentos políticos contrarios al gobierno del presidente constitucional de la nación tales como la violación de los Derechos Humanos, lo cual carece de veracidad y empañan un enfoque económico serio sobre el tema.
La compra de estos bonos, tendrá una repercusión positiva en el mercado de valores y dará un voto de confianza a la economía venezolana ante los grandes grupos financieros. Pues todo el mundo sabe que empresas de la envergadura del grupo norteamericano, no se toman a la ligera las decisiones, ni ponen tal suma de capital en riesgo si no es con la seguridad de una buena cuota de ganancias. Luego del desembolso aumenta la confianza en el mercado venezolano, así como las probabilidades de que otros importantes grupos financieros adquieran posibles emisiones de deuda por parte de la entidad venezolana, con lo que se garantizaría una mejoría económica acelerada en el país.